Hace más de una década que los estadounidenses de MGMT conquistaron tanto a la crítica especializada como a los círculos radiales con “Oracular Spectacular” (2007). No obstante, las dos publicaciones que le siguieron tuvieron momento difíciles a la hora de cautivar a los fanáticos de igual forma. Con el tiempo se ha establecido un amor de culto respecto a “Congratulations” (2010). Sin embargo es innegable el descenso en popularidad que la banda ha confrontado. Así, posterior a su disco homónimo, el grupo enfrentó el periodo de silencio más grande en toda su existencia.
De esa forma, MGMT se jugó todas sus cartas al momento de regresar con el que podría llamarse, su producción mejor lograda desde el debut. Puesto que la banda logra desprenderse del forzado tono nostálgico que “MGMT” (2013) dejó en los fanáticos. Dando vuelta su sonido para entrever una de sus publicaciones más refrescantes.
Desde el primer instante la imagen del dueto es irreconocible. “She Works Out Too Much” abre entre tonadas sarcásticas y desinteresadas. Dando como resultado una canción obsesivamente divertida. El corte se centra en un quiebre amoroso adornado de deportes y aplicaciones de citas, sacando lo mejor de ello. Los sintetizadores y melodías cálidas hacen del tema un himno alegre y juvenil.
Adentrándose en tonos sombríos y ochenteros, “Little Dark Age” toma las riendas de la producción. El corte es un retrato melancólico comandado por una sintética línea de bajo. El estridente coro se hunde en la melodías vocales y versos tenebrosos. Un retrato depresivo y sensato de la oscura mente del compositor Andrew VanWyngarden. El constante ambiente ochentero que el álbum cautiva nunca se percatada como sobre-utilizado, más bien se nutre del tono característico del grupo dando así en verdaderos himnos contemporáneos.
La variación entre ritmos y rangos emocionales le brinda al álbum un sonido refrescante y novedoso. Aún en las progresiones más simples la banda se regocija en armonías adictivas. “Me and Michael” revive un ambiente alegre rodeado de nostalgia. Originalmente “michael” se refería a “my girl”, pero el autor modificó los versos al considerar demasiado aburrida la opción inicial. Esto no solo le da un giro al tema, sino que lo despoja de cualquier sentido, lo que de alguna forma, era la idea del compositor. Y aún cuando la canción ya no sea una oda romántica, sigue poseyendo este extraño ritmo cálido y placentero.
“Little Dark Age” se nutre del frecuente uso de sintetizadores, dando en un entorno entrañable plagado de melodías sinceras. La constante dicotomía entre el indie cínico y el pop bailable ha sido uno de los mayores fuertes del grupo. “TSLAMP” logra sostenerse en adictivas progresiones de bajo y ritmos psicodélicos. Aún cuando entre los versos se esconda una tonta crítica a la obsesión por los celulares, el dúo se las arregla para brindar obsesivos pulsos melódicos.
El álbum se regocija en tonadas psicodélicas plagadas de melodías ácidas. “James” sigue acordes sintéticos entre sonidos vocales distorsionados. Las baterías se bañan en ritmos estimulantes listos para encender los motores aún cuando las revoluciones sean tenues. “Day That Got Away” sigue un pulso instrumental que se extiende entre viajes psicodélicos.
Cerrando el LP empiezan a aparecer los cortes menos memorables de la producción. “When You’re Small” pretende más de lo que logra, y aún con su tono melancólico no consigue ser lo suficientemente atrapante. “Hand It Over” cierra el larga duración con un broche de neo-psicodelia. Un sencillo relajante y jovial. El desenlace a uno de los productos más honestos que el grupo ha manufacturado.
Con los años sobre sus espaldas, MGMT reunió la fuerza suficiente para preparar uno de sus trabajos más refrescante en un largo tiempo. Repleto de himnos ácidos, melodías pop y bajos adictivos, “Little Dark Age” crece como una droga. Un conjunto de temas psicodélicos y adictivos, la muestra de una banda siendo honesta consigo misma y con su público. La serie de canciones ochenteras y melancólicas que sus fanáticos no sabían que necesitaban.
