Una de las bandas de mayor renombre en la era del 2000 fue Kasabian, donde recibieron aquellas clásicas comparaciones con The Stones Roses o a los legendarios de Oasis. Ellos siempre dejaron en claro que no serían como ninguna banda de las que admiran. Solo querían ser ellos.
En su debut en nuestro país, los británicos dejaron todo en el escenario. Ningun descuido, ninguna sola imperfeccion. Un show de carácter efervescente, donde los 40 mil asistentes vieron en la puesta en escena que es una de las bandas que sabe mantener la estampa inglesa, pero asociada a ritmos de moda. Nacidos en 1997, su líder, Sergio Pizzorno sabe lo que realmente quiere y el sonido que ejecutan esta directo en el cañón; potente, guitarras con actitud y a su frontman manejando la euforia con saltos y con respuestas de la gente que miraban atónitos.
Buenas postales de la primera vez fue el tema “ID” de su disco homónimo del 2004. Una pretensión sonora hecha a medida que nutre el lenguaje actual y los cambios. Las baterías sonando a punto daban muestra del profesionalismo de una banda que tiene el hambre necesaria de comerse a su pasado para tenerlo como referente y no como un alma matter. “Treat” de su ultima placa “48:13” donde las murallas sonoras muestran que son y siguen siendo el sello de la banda, aunque con ciertos timbres a Oasis.
Kasabian comanda el barco de ese sonido que trajeron grupos de antes. Ellos están para manejarse solos y no para las clásicas comparaciones. En su pais son consagrados y en Chile lo demostraron. De paso, dieron un récital que responde a todo lo anterior . Son el norte y el pasado ya paso.