La discografía de R.E.M. es del todo variada: encuentra sustentos sonoros en una infinidad de géneros, y se traduce en un verdadero manual sobre cómo hacer música alternativa. Dentro de ella eso sí hay una piedra angular, un álbum que en comparación a anteriores trabajos fue un retroceso, pero que los posicionó en lo más alto de la industria mundial. Out of Time no sólo vendió más de 18 millones de copias en todo el mundo y se hizo con certificaciones platino, también facturó una de las composiciones que definió a la generación noventera toda, Losing My Religion. Hitos que ya acumulan más de 25 años de historia y que serán celebrados el próximo 18 de noviembre.
El extinto conjunto anunció la reedición de su séptima placa en varios formatos: triple LP de vinilo, CD doble y box- set deluxe de 4 CDs. ¿Y cómo será específicamente este trabajo? Contendrá la versión remasterizada misma del álbum, demos inéditas y caras B de singles. La versión de lujo en tanto, incorporará 4 discos y una grabación en vivo de un concierto de 1991 en Mountain Stage y un disco Blu-Ray que contiene ”Out of Time en alta resolución de audio y versiones en Surround Sound 5.1 de todos los vídeos del álbum.
Como si fuera poco, la reconocida periodista musical Annie Zaleski escribió algunas notas interiores en el boxset. A la par se incluyen entrevistas realizadas por ella a los cuatro integrantes del conjunto así como algunos de sus productores. Un material imperdible para cualquier coleccionista.
El origen del fin
Hace unas semanas, en entrevista con Rolling Stone, Peter Buck confesó que el quiebra con la banda tras treinta años de carrera ocurrió porque llegaron al punto en el que querían ir cada uno por su cuenta y no querían seguir haciendo canciones de veinteañeros. “Una de las cosas por las que siempre fue tan grande estar en REM era el hecho de que los discos y las canciones que escribíamos significaban tanto para nuestros fans como para nosotros. Era, y sigue siendo, muy importante para nosotros hacer lo correcto. Ser parte de sus vidas ha sido un regalo increíble. Gracias”, sentenció.
Algo que en propios términos de Buck le agradó bastante. Su ciclo había terminado y tomaron el camino correcto. No optaron por alargar una banda que ya no se sentía una banda, ni mucho menos emplearon la baja táctica de hablar mal uno de otro. Un acuerdo entre caballeros.
“No nos hemos demandando. Técnicamente, la banda se separó. Pero en realidad no lo hizo. Simplemente no estamos haciendo discos o giras. Estoy muy orgulloso del hecho de que terminamos en 2011 con los mismos ideales que empezamos en 1980. Estoy muy orgulloso de nuestro catálogo. Hay un par de discos que no son muy buenos. Pero hay un par de discos de Bob Dylan que no son muy buenos”, agregó.
El otro lado de la muralla
Por su parte Michael Stipe no se ha mantenido al margen de la música. En los últimos años ha colaborado con múltiples artistas, e incluso participó en la creación de un soundtrack. Además el año pasado realizó cuatro shows como solista en Estados Unidos. Tibios acercamientos luego de su alejamiento de la vida pública.