Cierre perfecto. Los furiosos acordes de Sex on Fire inundaban el Parque O’Higgins de algarabía: tras hora y media de concierto, Kings of Leon saldaba su histórica deuda con Chile si de presentaciones en cuanto a gran aforo se refiere. Un espectáculo que transitó por la nostalgia, furia y romanticismo bajo lenguaje garage rock, y que bien podría replicarse en 2017 gracias a We Are Like Love Songs (Walls), su aún no editado séptimo largaduración.
En conversación con múltiples medios, el proyecto de la familia Followill afirmó estar convencido al “cien por cien”, de que el próximo verano la gira de su nuevo registro les llevará por todo el mundo, incluidas fechas América Latina y España. Así podría configurarse su tercera visita a Chile, tras su escueto debut en 2005 y regreso estelar en Lollapalooza Chile.
De cualquier forma, los cuarteles de los oriundos de Nashville se centran de lleno en los trabajos de lanzamiento de su venidera placa: esta semana se liberó un nuevo adelanto, y se espera que en las próximas semanas lleguen mayores migajas en forma de trabajos audiovisuales. Las negociaciones de su eventual gira mundial, recién comenzarían a cerrarse a principios de año.
Sonar distinto
“Sabíamos exactamente cómo queríamos que sonase este CD, qué aspecto debía tener. Teníamos un plan completo de cómo queríamos que fuese este álbum. Queríamos sonar distinto, especialmente a los últimos dos discos”, asegura por Nathan sobre We Are Like Love Songs como bien puntualiza Emol. Matthew por su parte afirma que este álbum simboliza su salida de la “zona de comfort”, el buscar un nuevo sonido tras cerca de dos décadas puliendo su propio estilo.
Un cambio de paradigmas que llega en una madurez como personas y músicos, dejando de lado problemas con las drogas e incluso violencia intrafamiliar: “Este es el momento en el que más asentados estamos como personas fuera de la banda”, agrega Matthew. Walls presentará una variante rockera, de balada y de temas con un fuerte enfoque jovial.
Sobre el título de su registro, aseguran que no tiene una perspectiva política, como bien se podría pensar tras el actual clímax que atraviesa su país de origen: “No tiene nada que ver con política. No somos una banda que grite desde los tejados lo que opina. En privado sabemos lo que pensamos y lo que queremos, pero no había una intencionalidad política. Es una coincidencia”, aseguran.
El cierre de su era “Mechanical Bull” (2013), apuesta que en aquél entonces cosechó bastante éxito para una banda que venía alejada de los escenarios por serios problemas internos. Contextos donde el alcohol se tradujo en peleas entre hermanos, y que nos hacían pensar que Mechanical Bull sería igual de bueno que su antecesor, Come Around Sundown. La euforia no llego a tanto pero hasta la fecha, la crítica es enfática en decir que KOL jamás ha lanzado un mal álbum.