A principios del 2014, Chris Cornell publicó a través de su cuenta de Facebook una fotografía bajo el título “Live in Santiago 2007”. Era una foto cargada de historia, un Cornell sudado, sin camisa y con unas pupilas dilatadas que miraban al público congregado esa noche en el Espacio Riesco. Una postal de la última parte de un show inolvidable para todos los involucrados. Treinta canciones que construyeron un concierto legendario que en palabras de su protagonista: “fue maravilloso. Fue uno de los mejores shows que puedo recordar”.
El hecho de que nunca se pudieran concretar las visitas de Soundgarden y Audioslave fue uno de los catalizadores principales para que los ocho mil asistentes compraran su ticket y ser parte de un show que prometía saldar varias deudas. Su primer trabajo solista, y sin la pesada mochila de pertenecer a una banda famosísima a cuestas, le permitió influir en la elección de los países por donde girar. Apenas pudo, insistió en visitar “Latinoamérica y que no había ninguna razón para que no hubiera ido ya. “
El 10 de diciembre del 2007, The Dandy Warhols y unos Phoenix que aún no alcanzaban la fama mundial. Crónicas relatan una elección poco afortunada y que no logró una acertar una reacción favorable del público.
Pero cuando Cornell subió al escenario a las nueve de la noche, partió encarnándose en el líder de una punta de la Santa Trinidad del grunge, con tres canciones del catálogo que junto Soundgarden cultivó en los noventa. “El público en Chile -explica Cornell después del show- tiene respuesta apasionada hacia la música. Una diferencia de los norteamericanos con los fans como los de hoy, es que acá parecen saberse todas las letras, incluso las más remotas o las canciones de discos solista.”
“Hunger Strike” sonó casi como un dueto entre Cornell y el público – que cantó a todo pulmón las secciones de Eddie Vedder- en una tendencia abrumadora a la participación del público. La pasión, energía y sudor fue la tónica.
En palabras de su protagonista: “es fantástico poder tocar casi tres horas y tener a la audiencia cantando en cada tema, contigo en cada momento. Poder hacer canciones tan agresivas como ‘Jesus Christ pose‘ y luego temas con una guitarra acústica, y que la audiencia lo escuche todo. Aunque hay 10 mil personas, todavía se siente íntimo. Es el mejor tipo de show”
Una elección de canciones que no dejó espacio para las deudas y que abarco temas desde el periodo grunge hasta una sección acústica en solitario. Es uno de los conciertos más largos que ofreció durante su carrera y será recordado por lo efusivo de Cornell arriba del escenario: saltaba, corría y abrazaba una bandera chilena mientras agradece constantemente. Las crónicas y la memoria le adjudican a ese show el calificativo de único e irrepetible. Seguramente ocho mil afortunados también despertaron hoy con ese recuerdo.
Setlist:
- Let me drown.
- Outshined.
- Spoonman.
- Show me how to live.
- Hunger Strike.
- No Duch thing.
- You know my name.
- Fell on black days.
- What you are.
- Rusty cage.
- Finally forever.
- Billie jean.
- I am the highway.
- Thank you.
- Like a stone.
- Doesn’t remind me.
- Cochise.
- Ty cobb.
- Zero chance.
- Arms around your love.
- Be yourself.
- Out of exile.
- Black hole sun.
- Jesús christ pose.
- Can’t change me.
- Burden in my hand.
- Seasons.
- Slaves & bulldozers.
- 4th of july.
- Whole lotta love.