El popurri era el telón de fondo mientras la emoción se apoderaba del público. Momento mágico con las guitarras como luciérnagas de una noche en que las melodías folk llegaron a un orgasmo cósmico impulsado por líricas que el mismísimo David Bowie aseguró en tono de broma ‘robaría’. Así fue el fugaz paso de Arcade Fire por nuestro país, uno que quedará en la retina colectiva por ser el que mayor cantidad de sentimientos evocó en unas horas en toda la historia de la versión criolla de Lollapalooza. Un paradigma que se repite en cada presentación del colectivo canadiense, y que ahora se trasladará al formato físico.
The Reflektor Tapes + Live at Earls Court saldrá a la venta el 27 de enero. Él presentará oficialmente en DVD el material del documental The Reflektor Tapes con entrevistas, directos y algunos momentos entre bastidores, así como una grabación en vivo del concierto que Win Butler y compañía ofrecieron en 2014 en Earls Court (Londres).
La antesala de cara a su nueva producción, una que ya se encontraría en gran parte gestada. Incluso en octubre pasado estrenaron tres canciones en un íntimo concierto. Informaciones que se suman a lo revelado por Tim Kingsbury, quien conversó con la cadena CBC Music desde París, mismo lugar donde están gestando su siguiente gran golpe: “Estamos en la mitad del proceso del nuevo disco y probablemente seguiremos trabajando un par de meses más. El álbum saldrá en algún momento del próximo año”. En la misma entrevista Kingsbury fue consultado del por qué están realizando determinadas presentaciones en vivo en el viejo continente, ante lo que éste replicó: “estamos realizando estos conciertos porque ha pasado un tiempo y es agradable a volver a juntarse en esto. Es una manera de poner un poco de energía extra al proceso de grabación”.
Jeremy Gara, baterista del colectivo también fue voz autorizada para hablar de los trabajos de producción. Hace hace unas semanas entregó algunas pistas del sentir actual de la banda: “No tenemos un calendario todavía. Todavía estamos esperando qué es lo que vamos hacer de manera concreta los siguientes meses. Desde el otoño pasado hemos estado grabando. De hecho, aún lo hacemos. La gente tiene muchas expectativas cuando se trata de Arcade Fire, pero a pesar de eso, estamos tratando de tomarnos todo el tiempo posible. Tenemos canciones, muchas ideas, pero aún no tenemos un sonido definido o una dirección”, enfatizó.
Un sello inconfundible de Arcade Fire: tomarse con calma sus grabaciones, concretarlas sólo cuando así lo sientan, y darse el lapsus necesario para armar los bosquejos sonoros de la mejor forma. Un proceso que el mismo James Murphy vivió en primera persona en Reflektor, visitando varios estudios de grabación alrededor del mundo.
Condimentos especiales para este venidero álbum hay de sobra: Régine Chassagne fue madre, Will Butler consecuentemente padre, y Win Butler se aventura en el underground con una música que día a día gana adeptos. Junto con ello el inicialmente citado David Bowie —una influencia permanente en el conjunto— falleció a principios de año, siendo homenajeado por Arcade Fire varias veces.
Esta banda de seis piezas, provenientes de Canadá, ha ganados dos Brit’s Award, dos Grammys y ha editado tres discos en los últimos diez años. Su álbum “Funeral”, editado el 2004, fue nominado a un Grammy por Mejor Álbum Alternativo del año. El disco también, cerró la década siendo escogido por la Revista Rolling Stone como el álbum # 1 de los ’00s. También fue señalado como el Mejor Álbum de la Década por publicaciones como NME, Q, Pitchfork, The Guardian y Mojo.