David Bowie en sí ya es considerado una obra de arte; un legado que no sólo podemos encasillar en la ‘música’ sino que en la cultura occidental en general, páginas de una historia única en su estilo que se siguen escribiendo incluso después de su partida. Ahora bien, la interrogante de ¿qué es lo que para él era arte? fue siempre difícil de contestar: básicamente su colección de cuadros se mantenía en el anonimato. Una pregunta que encontró argumentos plausibles en los meses pasados.
La compañía norteamericana Sotheby´s subastará 400 piezas de arte pertenecientes al Duque Blanco en las próximas semanas. Pero antes de ello, las obras se exhibieron en Londres, Los Angeles, Nueva York y Hong Kong, bajo el concepto “#BowieCollector”.
Henry Moore, Graham Sutherland, Frank Auerbach, Jean-Michel Basquiat y Damien Hirst son algunos de los artistas que desfilaban en las murallas de su residencia. Además, la misma incluye ejemplares de arte marginal, surrealismo, arte africano contemporáneo, e incluso el reproductor de discos de Bowie, que ha sido descrito por Sotheby´s como una “maravillosa pieza no convencional de diseño italiano de los años 60”.
La exhibición se divide en tres partes: dos centradas netamente en arte contemporáneo, y una tercera aboacada a piezas del diseñador italiano Ettore Sottsass y el Grupo Memphis. No obstante la creación que se lleva toda la atención es Air Power (1984), un grafiti del estadounidense Jean-Michel Basquiat con un precio estimado de entre 2,9 y 4,1 millones de euros. ¿Cómo
“La colección de arte de David fue impulsada por su interés personal y compilada con pasión. Siempre buscó y animó a los préstamos de su colección y disfrutó de compartir las obras bajo su custodia. Aunque su familia está guardando determinadas piezas de especial importancia, ha llegado el momento de dar a otros la oportunidad de apreciar – y adquirir – el arte y los objetos que él tanto admiraba”, explica un portavoz del músico tal cual puntualiza PYD.
Consultado por BBC, el escritor Matthew Collings dice que los cuadros reflejan la personalidad del músico: “Lo caracterizaría como bohémico, romántico, expresivo, un arte emocional al final de cuentas. Es un arte que llama a una reacción, es algo visceral, inmediato, que te hace sentir en conexión desde el primer segundo”. Puedes ver una recapitulación de la muestra en este enlace.
“Creo que fue un coleccionista genuinamente entusiasta que no recolectó para ser ostentoso o para hacerse grande. No era pretencioso. Él coleccionó porque tenía un uso para ese trabajo y era un uso personal. Miró esas cosas y cambiaron su forma de ser. Era una pasión bastante seria”.
Y claro, no olvidemos que en 1999 Bowie afirmó que “Lo único que compro de forma obsesiva es arte”.
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