Por Cristóbal Sepúlveda Cobo
La quinta placa de Brand New marca el regreso en forma melancólica de los oriundos de la costa este de Estados Unidos. Luego de un periodo de silencio de ocho años, en que no se vio más material nuevo que una serie de demos publicados hace dos años, “Science Fiction” arribó para firmar el posible epitafio del grupo.
Desde la propuesta estética, el álbum se presenta como un producto humilde, bajando las revoluciones en muchos sentidos y distando de un sonido más pesado. La grabación abre con una instrumentación ambiental seguida de lo que se describe como una sesión de terapia. La referencia constante del disco a los tratamientos no solo hace de el enlace entre los cortes, sino que sirve de conector para lo que las líricas desean propagar: Una catarsis de drama y sensaciones explosivas.
“Lit Me Up” se adentra entre guitarras calmas, baterías sueltas y bajos suaves. La dulce voz de Jesse Lacey hace de puente para manifestar la eterna contradicción manifestada en la depresión. Resignado y afable, deseando ser iluminado con la misma luz con que podría incendiarse. Un castigo por aquellas cosas que lo atormentan y a la par un susurro de liberación. Luego de magna introducción, “Can’t Get It Out” prende los motores con una progresión efervescente de guitarra y bajo que juegan entre el sonido acústico y una potente distorsión. El coro es atrapante y despiadado, un prolifero grito de desdén hacia el estado del compositor. Durante el corte Jesse reflexiona sobre la
misma música que ha creado, admite que en cierto punto ha sido culpable de su hundimiento, aunque finalmente desea terminarlo todo y canalizar su ira a través de los instrumentos.
En su momento el listado de temas fue revelado como una serie de coordenadas que dan con las Torres de Diablos en Wyoming, monumento que está fuertemente relacionado con el filme “Encuentros Cercanos del Tercer Tipo” de Steven Spielberg. Aquello junto a una cita de la película “2001: Odisea en el Espacio”. Filmes que son reconocidos sobre la exploración de la humanidad y del carácter mundano, del como estamos adornados por sensaciones desoladoras y como nos relacionamos entre nosotros.
Siguiendo en “Waste”, el ritmo se mantiene lento y la columna vertebral es constituida por una progresión acústica. Durante el coro, el líder del grupo sigue dando indicios de que este podría ser el fin de la banda, explicando entremedio de referencias a la medicación y la terapia, que el camino continuará aunque Brand New no lo haga. A
pesar de la multiples referencias a la muerte y el suicido en sus álbumes anteriores, aquí el narrador pide que todo se reinicie ya que “no estamos solos”. Un mensaje positivo escondido entre la melancolía inherente del sonido invernal.
A pesar de que en muchos de los discos de Brand New hay tanto secuencias calmas como potentes cortes de rock pesado, en “Science Fiction” son más los temas que optan por un ambiente manso. En “Could Never Be Heaven” el compositor hace uno de sus mejores intentos en dar una respuesta alegre a todos sus años de ira y desdén.
Aún cuando el producto final es melancólico, y el coro es casi un aviso desafortunado, logra reconocer el como se siente complementado por todos los seres que lo quieren y que aún cuando lograra entrar en el cielo, necesitaría de todos aquellos que lo llenan para no desmoronarse.
Así se empezarán a adentran las guitarras explosivas entremedio del movimiento invernal. Partiendo con ritmos suaves, en “Same Logic / Teeth” y “137” comienzan a aparecer los atisbos de distorsión. La voz rasposa del líder de la agrupación se vuelve una con las guitarras para dar con el vigor necesario para desmontar una ciudad entera. En el segundo tema se describe un contexto distópico en que las armas nucleares han arrazado con todo. Las referencias religiosas siguen apareciendo tal eufemismos sobre la soledad y la muerte. Dos de los mejores puntos del álbum.
Llegando a “Out of Mana” por primera vez se abre directamente con un riff escandaloso. Siguiendo una fórmula de variación entre calmo y agresivo, el verso es controlado por la voz del narrador junto a la línea del bajo que es adornada con fragmentos de guitarras de fondo. Al llegar el coro todo vuelve a elevarse, para finalmente en el solo de seis cuerdas meterse en las entrañas de quien escucha y terminar con una vigorozo desenlace. El tema narra el proceso de creación, y aunque se rumorea la posible influencia de los videojuegos en su compocisión, suena más bien
al auto-reconocido tema en común del álbum: la manufacturación del mismo.
“Science Fiction” sostiene una cuidada producción musical, en que nada queda opacado. Durante el trabajo de voces hay una exquisita armonización en que los sonidos se juntan para parecer uno, creando una melodía completa a través de los auillidos. En “In the Water” el órgano tiene una presencia que revitaliza completamente al tema, haciendo que incluso tenga un sonido cercano al blues y el gospel.
El agua es un concepto recurrente durante las líricas, en el octavo corte del álbum es el tema principal. Desde el ahogarse, a usar el elemento como una pieza de sanación, vuelve la melancolía una luz esperanzadora. Aquello que era un retrato auto-destructivo se convierte en una salida a una vida mejor. Los indicios al fin del grupo son varios, pero intuyen que será para mejor, que este trabajo, el último del grupo, será su mangus opus.
“No Control” y “451” empiezan a cerrar esta historia, baladas rockeras con lacónicos ritmos de guitarra. El primer corte aunque no puede evitar desplazar la triste voz del compositor del grupo, posee una de las melodías más alegres del álbum. Un llamado a lo sobrenatural en que el narrador se ve a sí mimso como un peligro que debe mantenerse ocultado. El penúltimo tema del disco obtiene su nombre de la novela “Farenheit 451” de Ray Bradbury. Describe nuevamente una sociedad distópica dando pistas incluso de una Sodoma y Gomorra, un lugar traumatizante que bien podría representar aquellos seres dañiños que se acomplan a nuestro alrededor.
Ya con broche de oro, de futuros desesperantes y terapias mentales, “Science Fiction” apaga sus motores con un corte de arrepetimiento y resignación: “Batter Up”. Tal crónica de una muerte anunciada, el narrador se despide de todo lo que lo hamoldeado, rememorando el desenlace de “Encuentros Cercanos del Tercer Tipo”. Las últimas líneas de lo que podría ser el fin de Brand New se cierran con triste alegría, la aceptación que permite dar una fluida clausura.
Desde la publicación de “The Devil and God” en 2006 que Brand New se han ganado un reconocimiento de culto respecto a la calidad de sus interpretaciones. Con composiciones de esta calibre la agrupación hace entender que cada año de espera trajo consigo una recompensa a la altura de la prórroga. Con toques de emo e indie
rock, su quinto álbum se inserta como un increíble cierre.
“Science Fiction” no solo representa una gran obra dentro de la escena alternativa y emo, es un álbum terapéutico que mimetiza sus sensaciones con el espectador y lo vuelve parte de él. Siguiendo con los paralelos cinematográficos, es la abducción de un ser humano que ya desea librarse de todo lo que lo condena, un perfecto cierre a una carrera que no podría retirarse con un mejor producto. Las texturas con las que habla el narrador vuelven a esta obra un clásico inmediato, melancolía y agresividad que se barajan para elaborar un listado de temas cada uno tan importante como el anterior.