Era la primera vez que el Teatro Coliseo veía extenderse desde sus puertas a hileras de personas que hacían fila para estar presente en un espectáculo internacional. Una serie de inconvenientes legales y burocráticos habían impedido a la productora local, Transistor, estrenar el remodelado recinto de Nataniel Cox 59, planeado para principios de julio de este año con los tres shows de Dream Theater, que se vieron obligados a trasladarse a el Teatro Caupolicán. Lo mismo pasó con las presentaciones de Anita Tijoux, Pokemon Symphony y la banda Level 42, que tuvieron que reacomodarse en distintos recintos de la capital ante la molestia de los asistentes que se expresó en redes sociales y en reclamos al Sernac.
Pero ahora todo iba de acuerdo al plan. Capital Cities sería la apuesta que por fin inauguraría el ex Teatro Continental, en su quinto show en Chile y que tendría como actos de apertura a los gigantes nacionales Javiera Mena y Alex Anwandter, que hace pocas semanas habían repletado el Teatro Caupolicán cada uno en solitario. La jornada prometía una fiesta maratónica de casi cuatro horas de electro pop del bueno y de coros irresistibles.
La responsabilidad de abrir el telón y de cantar las primeras frases y tocar los primero acordes de la historia del nuevo Teatro Coliseo cayó en manos de Alex Anwandter, que dejó afuera toda la parafernalia de sus shows de promoción de “Amiga” (Nacional Records, 2016), para atacar con un set de canciones que él mismo aseguró, harían “bailar y llorar”. Su paso por Teleradio Donoso y Odisea se vio retratado también en un show que privilegió las canciones caladas más que material de su disco nuevo y que cumplieron con el objetivo de empezar a prender lo ánimos y soltar algunos cuerpos, mientras el teatro comenzaba a llenarse.
“Fue un honor haber tocado en este ex-templo evangélico”. Siempre político, Alex no dejó pasar la oportunidad de ironizar con el pasado del recinto, que durante los 90 fue sede del grupo religioso Iglesia Universal Reino de Dios, que también tuvo en su momento un discurso homófobo, ese que tanto Anwandter ha combatido con canciones desde el inicio de su carrera.
Además de la promoción de “Amiga”, Alex Anwandter se prepara para el estreno de su debut como director con “Nunca vas a estar solo”, su primer largometraje que llegará a las salas el 10 de noviembre.
Tal como había señalado la productora del evento días antes, Javiera Mena telonearía a Capital Cities con un show completo de poco más de una hora, y así se veía venir por el nivel producción del montaje que terminaban por ajustar el crew de la cantante.
Con el teatro a oscuras y sólo con una estructura formada por tubos de luz que leía “MENA” en rojo en la parte posterior del escenario, hizo su ingreso la banda y la propia Javiera, que se dispuso de inmediato en una plataforma que la esperaba con sintetizadores y un laptop.
“La reina Javiera”, tal como la había denominado Anwandter minutos antes, no metió mano a su trabajo más antiguo, sino que se enfocó en mostrar el material más bailable de “Mena” (Unión del Sur, 2010) y de “Otra Era” (Unión del Sur, 2013).También se desmarcó de los setlist que venía ofreciendo en shows anteriores, que tenían como ingredientes importantes, baladas pop de sus primero discos.
Un juego de luces, acompañado de un cuerpo de baile compuesto por cuatro bailarinas que interactuaron entre ellas y con la cantante, en coreografías más que ensayadas, le agregaron un toque de diva pop – con clase- que ayuda a moldear la imagen de artista completa y un show único. (Mención especial a la performance durante “Espada”, con unas bailarinas que fingieron luchas con espadas de Star Wars mientras duraba la canción, para cerrar con intromisión de Javiera y un sable de luz rojo sobre un trono formada por las manos de su equipo de baile).
El público se mostró cómplice de los teloneros, con shows impecables que perfectamente podrían pasar como platos de fondo, tomando en cuenta la reacción del público como de la calidad de las presentaciones.
Para Capital Cities, los escenarios en Chile no son algo desconocido. En la cinco veces que han venido han ocupado un recinto diferente con éxito. Lo hicieron en Lollapalooza 2014 y en el Teatro Caupolicán ese mismo año, el festival de música y skate Bowzilla y en Valparaíso un día antes.
“In a Tidal Wave of Mystery” (2013, Capitol Records) es el trabajo han venido a promocionar en las visitas pasadas a Chile, pero esta vez es distinto. Rumores de nuevo disco aparecieron cuando hace casi una semana estrenaron “Vowels”, probable single de su segundo LP que aún no tiene nombre ni fecha de salida.
Según el horario de la productora, la banda haría su aparición veinte minutos para las once de la noche, en el final de una jornada hasta ese momento llevaba dos horas y media y que se proyectaba hasta pasada la medianoche. Y justo cuando la hora estaba por cumplirse, Capital Cities entró de lleno en el escenario.
“Center Stage” fue la primera dosis de electro pop para un público que no mostraba ni pizca de agotamiento después del par de horas de fiesta anterior, sino que volvía a tomar aliento porque sabía lo que se venía.
Capital Cities han hecho una carrera repleta de referencias a la música disco de los 70 y el pop ochentero norteamericano. Sus canciones tienen un dejo de nostalgia, pero que saben reutilizar para crear canciones bailables que suenan actuales y, sobre todo, efectivas. “Space” y “Origami”, confirman lo anterior expuesto en temas de conceptos simples y con coreografía incluida.
Antes de llamarse Capital Cities, Ryan Merchant y Sebu Simonian, se dedicaban a componer jingles para marcas internacionales. Ambos han afirmado que esa formación tuvo un gran impacto a la hora de componer la música de su disco. Y se nota. En “Kangaroo Court”, canción que es de frecuente rotación en las radios desde el 2013, hacen gala de su habilidad para crear coros simples, rápidos y pegadizos. “Shut up, Shut up, Shut Up ; Sit Up, Sit Up, Sit Up; To Kangaroo Court”, fueron las frases que más fuerte sonaron en lo que iba de la noche.
“The Kangaroo Court is now in session”, coqueteaba Sebu Simonian enfrente a su teclado y de un público que aún se estaba reponiendo del tema anterior. “River Phoenix” era algo nuevo que tenían por mostrar en esta ocasión. Un tema que no escapa de la fórmula Capital Cities ya conocida, que perfectamente pudo estar incluido en su disco anterior y tal vez esa fue la razón que logró una ovación del público al final del estreno.
Después de “ Drop Everything” y “Chartreuse” antecedieron a la presentación de “Vowels”, single que funcionó a la perfección a pesar del poco tiempo en el que ha estado disponible. Un coro fácil de aprender fue la arma principal y fue efectiva.
Todos sabían cuál era el momento más esperado de la noche y ya era hora de que ocurriera. “Safe and Sound” hizo su aparición después de una intro de un minuto. El mega-éxito de decenas de millones de escuchas fue capaz de darle relevancia mundial a una banda que intentaba escapar de su pasado de compositores de jingles, para colocarse en el tope de las listas en todas partes del mundo. El Teatro Coliseo era como una personificación de ese éxito. De todos los rincones escapan gritos y bailes para rendirle culto a un himno que nadie podía ni quiso escapar.
“Nothing Compares To U” y “Holiday”, de Prince y Madonna, covers que denotaron la influencia del pop de los ochenta en su música, en versiones deconstruidas y ala Capital Cities, se encargaron de cerrar un show eufórico que tuvo destacados solos de batería, teclados y trompeta.
El momento más bizarro del show fue la última parte. Al parecer Capital Cities está tan enamorado de “Safe and Sound” como sus fans, que no se hacen problemas cuando reproducen un remix EDM de la canción desde el Mac de Simoni. Desde el play, siguieron 10 minutos de un baile desenfrenado de todas las partes de la banda sobre el escenario que no aportó a la presentación, pero que fue capaz de cerrarlo con energía.
La mayoría del público supo disfrutar el show principal tanto como de los teloneros. Una noche en la que el electro pop fue el bienvenido protagonista, con shows de calidad indiscutida y de coros poderosos. Capital Cities demostró que no sólo viven de grandes hits y que Chile siempre los recibirá con los brazos abiertos. En su inauguración, el Teatro Coliseo se enmarca como una buena alternativa para albergar shows internacionales en una ciudad capital que urge de más espacios producto de la creciente demanda provocada por la gran cantidad de presentaciones que en los últimos años se ha ido desarrollando en Chile.
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