A comienzos de 2020 escuchamos el primer estreno, titulado “Durmiendo en el Parque”. La pista de un inminente nuevo paso por el estudio, compuesto por cuatro piezas: canciones que despliegan la sofisticación musical presentada por la banda en la actualidad, a cinco años de su exitoso y celebrado debut, “Nonato Coo”, de 2015.
“Estamos dichosos de lograr este resultado en el que pudimos explorar otra dinámica musical, donde mediante diversos hablantes líricos recorremos sentimientos como la felicidad, la vergüenza, frustración, nostalgia, anhelo y dolor”, como señala el baterista, Pepe Mazurett.
Tres canciones inéditas, y una ya conocida y querida por los seguidores titulada “El Son de los Ojos”, conforman el corto musical en el que el quinteto quiso registrar su maduración tanto sonora como personal, además del retrato de una América Latina sangrante y saqueada.
“Cuauhtémoc” es el águila que descendió, una típica leyenda mexicana con mucha relevancia para los chilenos, no sólo por el vínculo que han trabajado los músicos con el país, que han visitado en dos giras; también porque “es una canción que partí componiendo allá, y que me llevó a indagar en la historia de Cuauhtémoc, que creo es bastante coherente con el resto de Latinoamérica”, en palabras del compositor y vocalista, Simón Campusano.
Así, este epé es la representación del Ser Latinoamericano. Aquellas heridas no cicatrizadas que hoy vuelven a sangrar. La fatiga hispana que encuentra sus fugas en las maduras texturas que adquiere la agrupación, quienes con dos discos en cartera ya perfilan la lírica, las cuerdas y la cadencia que marca la evolución de su sonido.