La escuela de art rock que floreció durante la década pasada, lejos de interesarse en una conquista mundial, simplemente reclamó un pequeño e insular espacio para sí. Como tempranos representantes de la escena, los Django Django compartieron este modus operandi durante sus primeros diez años, felices de operar desde estos confines. Pero tal como refleja su trabajo anterior, Marble Skies (2018), dichos confines empezarían a representar un obstáculo en su proceso creativo.
Al verse enfrentados al problema de no vivir en la misma localidad, sumado a la tendencia a nublarse con detalles menores, el conjunto decidió adoptar un enfoque distinto. En limitarse a producir una canción por día, optimizaron no sólo tiempo y recursos, sino que también ideas y trucos: Glowing In The Dark, el álbum resultante, es un compendio de elementos que representan sus mayores fuerzas y apuntan a una consolidación artística de gran potencial.
Terminado en enero de 2020, este nuevo paso en la discografía del cuarteto se aplazó el año completo frente a las dificultades por la pandemia del coronavirus. Pese a que sus conceptos líricos son proyecciones de la inestabilidad en tiempos recientes, se adecuan además a las abrumadoras experiencias del mundo en los últimos meses. Esto le otorga una calidad de terrorífica clarividencia que hace la escucha aún más estimulante.
“Los Django se asumen como testigos pasajeros de un mundo caótico, documentando y procesando cuánto tienen por delante”
Una escala en velocidad ascendente abre los primeros segundos de la galopante tonada “Spirals”. El persistente bajo que sostiene la composición posee unos matices a lo Peter Hook, mientras señala una crucial inclinación krautrock. Existe una convicción inamovible en la serena recitación de Vincent Neff, el vocalista, al reducir la clave de la humanidad a uno de sus componentes más diminutos, el ADN. “Hemos estado aquí, esta vez lo haremos bien”, declara, abrazando las diferencias entre las sociedades pero recordando que tenemos más en común que cosas que nos dividen.
“Mira el lugar que conocimos alguna vez caerse”, observa Neff en “Waking Up”, un dueto junto a la francesa Charlotte Gainsbourg que resulta sorpresivo, dado el hermetismo musical de este proyecto. Sus letras, lejos de reflejar melancolía, reconocen la naturaleza efímera del ser humano y su necesidad de encontrar otros horizontes. “Sólo vamos de pasada”, declaran, con un desapego que sumerge la canción en un aire de aventura. Aun siendo concisa y directa en su ejecución, “Waking Up” es prueba fiel de la emotividad compleja que puede alcanzar el grupo.
En esta oferta, los Django se asumen como testigos pasajeros de un mundo caótico, documentando y procesando cuánto tienen por delante. Esto se ejemplifica a la perfección en la formidable “Headrush”. Descrita por sus intérpretes como un comentario sobre “la estupidez y la locura de la guerra”, sus letras se levantan como si fueran el manifiesto de los múltiples movimientos sociales de nuestra época.
“Divertido y accesible respecto a sus predecesores, pero también desafiante”
La paleta sónica del álbum es disparatada y colorida en todo momento. Fortalecidas por el crecimiento del baterista Dave Maclean en labores de producción, las composiciones exhiben un refinamiento del estilo expansivo en la música. El éxtasis house de “Glowing In The Dark” y “Hold Fast” los posicionan a la altura de grandes del dance moderno como Hot Chip. A su vez, la banda demuestra que pueden conjurar un minimalismo eficaz en la etérea y burbujeante “Free From Gravity”.
Quizás el momento más desorientador de la colección, “The Ark” es un pequeño y oscuro monumento industrial, una proeza del ingenio que denota la facilidad con que estos músicos pueden incursionar en nuevos caminos y desvíos estilísticos. Tensión y discordancia monocromática habitan en el pulsante instrumental, perfilando a sus creadores como maestros en el balance y variación de ambientes sonoros. Todo y nada está pasando al interior de esta pista.
Que el conjunto opte por continuar puliendo su sonido original puede sugerir a algunos que esta producción significa más de lo mismo. Sin embargo, en moderar la ambición conceptual de su infravalorado Born Under Saturn (2015) y remediar la falta de dirección en su elepé previo, traen a la mesa composiciones robustas que honran sus capacidades. Este disco es divertido y accesible respecto a sus predecesores, pero también desafiante, encontrando nuevas formas de reinterpretar su idiosincrático sello.
Brindando un cohesivo y versátil set de canciones, Django Django ofrece una corrección de curso que asegura su longevidad. Glowing In The Dark, más que una ilustración de la vida en un mundo post-COVID, es la voz de las sociedades que la viven, sintetizada en el trabajo de cuatro camaleónicos músicos felices de asumir un humilde anonimato en el ruido universal. En llevar a cabo esta labor, sus propias voces suenan más potentes que nunca antes.