Parecía ser un golpe al mentón de una industria lúgubre que veneraba el rock en su faceta más pop. Septiembre de 1999 y se escuchaba la campana del primer round. El contendiente ‘Showbiz‘, su carta de presentación: sonido crudo, pero en un inminente coqueteo con la experimentación, acariciando jazz, latino, música clásica y alternativa. Su desenlace: aplausos mixtos desde un nicho que aún veneraba ‘Ok Computer’ de Radiohead, editado tan sólo dos años atrás, pero que logró centrar la atención en su aún prematura propuesta.
Segundo encuentro de la noche. ‘Origin of Symmetry’ (2001); peso completo de 11 canciones, unidas bajo una idea progresiva, que en momentos recordaba el orquestal toque de Queen, y el existencialismo de Pink Floyd. La línea de bajo dejaba el segundo plano para trazar la espina dorsal sonora, dialogando con guitarras distorsionadas. Teclas de un órgano de iglesia que nos transportaron a un espacio infinito dibujado por el trío británico, y que les significó entrar en innumerables listados de los ‘mejores discos de la década’. El mundo abría sus ojos ante Muse.
Dos piezas fundamentales en la discografía de Matt Bellamy, Christopher Wolstenholme y Dominic Howard, que serán reeditadas en meses venideros. ‘Origins of Muse’ incluirá “demos, cosas raras, etcétera”, según respondió el propio Bellamy, añadiendo que se trata más bien de una ‘autobiografía de música’.
Una suerte de ‘painkiller’ para sus fanáticos luego de que se confirmara que su nuevo álbum no llegará sino hasta 2018. A pesar de ello, se espera que antes del último abrazo de año nuevo liberen a lo menos tres canciones más. “Lo bueno es que vamos a publicar canciones como Dig Down antes del álbum. Vamos a lanzar por lo menos otras tres canciones… O incluso más antes de que salga el próximo álbum. La gente se va a poder meter en el proceso creativo de como estamos escribiendo y grabando las canciones, y lo vamos a publicar después, muy pronto”, agrega el tenor.
En sintonía con ello, semanas atrás su vocalista afirmó a Q Magazine que pretendía tomar las influencias del hip-hop y plasmarlas en su nueva aventura creativa. “Realmente quiero probar y hacer una especie de álbum de hip-hop. Creo que voy a empezar a rapear en él”, dijo.
Bellamy adelantó además que se posicionarían en el plano acústico, uno que desde sus inicios a mediados de los 90s habían prometido pulir. “Siento que lo digo cada vez que nos sentamos a gestar un nuevo álbum, pero creo que es imperioso hacer algo más calmo, despojado de tanta parafernalia”, expresa.
Punto aparte: el espectáculo en vivo que prometen, dejando de lado su colosal pirámide, para adoptar un concepto en el cual ‘levitan’: “Creo que tenemos mucha suerte porque vivimos durante este período de tiempo en el que la tecnología ha permitido que muchas cosas diferentes sucedan en el show en vivo. Cada vez que hacemos un nuevo álbum o gira, hay nueva tecnología para probar. Estos últimos diez años han sido el momento más emocionante para ser un acto en vivo porque puedes jugar con todo ello”, enfatiza.
“Estábamos hablando de una realidad aumentada. Como vibraciones de Pokemon, usar teléfonos porque ahora vas a un concierto y todo el mundo tiene un teléfono y está filmando y está tomando fotos. Utilizar eso sería algo genial”, continúa.
“El último álbum fue escrito y grabado mucho con la idea de cómo va a funcionar el show en mente. Avanzando, podríamos querer hacer algo diferente porque siento que hemos llevado el show a un punto realmente alto “, concluye el fundador del trío con sede en Devon.
Desde su debut en 1994, Muse siempre ha destacado del resto de las bandas , mezclando rock progresivo , elementos electrónicos , música clásica , e incluso heavy metal, lo que resulta en un estilo muy definido , reconocible al escuchar los primeros acordes de una canción; empujando los límites en cuanto a la producción de escenarios, sus giras, han sido descritos por la prensa internacional como ” épicos ” , ” faraónicos”, “increíbles”, ” ambiciosos ” y esta vez no será la excepción.