Los actos de rebelión son diarios, la resistencia es un hábito y una rutina o por lo menos esa es la idea de Ela Minus con su álbum debut “acts of rebellion”. Esas ideas te sorprenderán en la ejecución: el mensaje se desarrolla en la producción de las canciones con tintes oscuros que gobiernan la luz de los sintetizadores de un club o, en nuestro caso, de nuestros audífonos en cuarentena.
Nativa de una banda emo (Ratón Pérez) en Colombia, Ela se preparó como baterista de jazz en Berklee, ahí también se adentró al mundo de los sintetizadores y, gracias a eso, sumado a su creatividad, lideró por completo su primer lanzamiento – escrito, producido y grabado por ella, así la colombiana creó en máquinas análogas un álbum sinónimo de 41 minutos de íntima contemplación y evolución personal.
You won’t make us stop
Personal porque al final del día la “rebelión” parte por uno, y este LP funciona como una declaración de principios a un nivel ultra personal que se baña con la masividad que acarrea el sonido alternativo de la electrónica inspirada, en su caso, en Kraftwek y las ya extintas raves de Daft Punk. Compuesto hace unos dos años atrás (2018), las urgencias que Minus plantea son contingentes aún, solo escucha la obra de arte que hizo en “they told us it was hard, but they were wrong” y “megapunk”, segunda y cuarta respectivamente de una décima de canciones para despertar. “No podemos encontrar una razón para estar callados, tenemos miedo de quedarnos sin tiempo para luchar por nuestros derechos / You won’t make us stop” canta en la cuarta canción mientras la melodía se intensifica y un espíritu de radicalismo le comienza a gobernar la voz.
La voz de Ela también funciona como una de meditación, individual por un lado pero también colectiva por el otro. En sus letras plasma un abrazo de comunión social, a un colectivo que necesita voces y presencia, es muy probable que este cruce entre el dance y una voz política venga de su pasado, emo-punk, hay una rebeldía que nos invita a bailar en comunión como en “dominique” o “tony” o como en su portada.
El artwork presenta a Ela con la mayor parte de su rostro oscurecido, pero con sus ojos enfocados hacia nosotros. Nos pide contacto. Ella sugiere que dejemos nuestros dispositivos en favor de las comunidades de carne y hueso. Piensa, baila y ama mientras ella saca a lo que queda de humanidad desde sus máquinas.
“Quiero inspirar una revuelta”
¿Has pensado qué tan capitalista es el internet? Ela sí lo ha hecho, y tiene una postura filosófica al respecto, un resumen de ese manifiesto lo puedes escuchar en la introspectiva “let them have the internet”. En menos de dos minutos Minus invita a la reflexión solo con un título y un viaje por sus sintetizadores personales, creados por ella misma incluso. En una entrevista con Pitchfork, la colombiana menciona el trasfondo “desde un punto de vista filosófico, se suponía que el internet sería para todos, abierto y libre. Pero se convirtió en capitalista, ahora hacemos todo online y todo mediante compañías”. Pero el quiebre ese pensamiento viene referenciado por un teórico llamado Douglas Rushkoff. “Rushkoff tiene un podcast, Team Human, y él dice ‘En primera instancia estaba enojado porque las compañías dominaban el internet, pero luego me di cuenta que mientras más capitalista se vuelve el internet, nosotros somos más libres en la vida real’. Entonces, con esta canción yo estoy en la posición de ‘Púdranse, que tengan su internet, nosotros podemos tener vida’”.
Por otro lado, este álbum se torna imprescindible para cualquier amante de la música, porque acarrea una espiritualidad y una filosofía de “hazlo tú mismo”. Minus fue becada en el prestigioso colegio de música de Berklee, pero ella desertó gracias a la cultura competitiva que vivió adentro, luego de eso aprendió a diseñar y construir sus propios sintetizadores y la maravilla se creó naturalmente. Y ahí tiene la canción que abre “N19 5NF”, un conocimiento instrumental técnico que te introduce al mundo Minus, comunicación no verbal pura
El álbum debut de Minus es una colección sobre lo personal como político, un abrazo a la belleza de pequeños actos de revolución en nuestra vida cotidiana. A lo largo de todo, un sentido de urgencia y un llamado a las armas se mezcla con este amor y aprecio por la realidad, porque incluso los revolucionarios necesitan dejar espacio para una simple interacción humana. “Considero que todo lo que haces en tu día a día son actos de rebelión. Cosas que vienen muy del fondo de tu ser, desde un espacio de libertad, eso cambia algo que a ti no te gusta o cambia aquello que estás en contra. Originalmente, el álbum se llamaría “little acts of rebellion”, pero no quería sonar tímida, así que eliminé “’little’” señaló Ela en una entrevista con Pitchfork.
