Poco es lo que sabemos de la música actual rapa nui, por no decir nada, y la inclusión de artistas de aquella procedencia en el escenario Lotus fue una jugada llena de cultura y con mensajes potentes. Hoy domingo dicho escenario se tiñe de blanco y rojo para las muestras continuas del cantautor Enrique Icka y la agrupación Amahiro, ambas una muestra firme del despliegue de la música fusión isleña.
El viaje estuve entonces dividido en dos segmentos, en el primero vemos reflejadas las composiciones del Rapa Nui Icka en una suave y poderosa unión de fuerzas isleñas. La dirección de una banda como ésta es romper con las barreras musicales de la Isla, llevando su potencial más allá de nuestro propio continente llegando hasta Estados Unidos Y Alemania. Su certera propuesta ronda entre las baladas sencillas y honestas impregnadas de su propio idioma resaltando así su propia cultura a través de lo contemporáneo.
Mezclan armonías vocales de las cuales estamos ya familiarizados, ésta vez junto a su banda masculina, a la cual en su último deleite se le suma su compañera de vida Mahani Teade en el piano. La contribución de los músicos de ésta banda- y también los de Amahiro- es clave para el desarrollo cultural de la isla, el mismo señor Icka y su esposa son gestores culturales de una organización llamada Toki, con la cual construyen una gratuita de música para todos los niños de la isla en la cual ya cuentan con 70 estudiantes.
Amahiro, como segunda pare de la muestra rapa nui se incorpora con temas de su reciente álbum Tapu combinando la música tradicional de la isla infectada con influencias rock, folk, blues y reggae. Amahiro son una entidad artística colectiva que fusiona lo humano y lo divino en un encuadre cultural propio, consagrándose en escenario con temas en rapa nui, español e inglés. Las canciones nos transportan a la realidad isleña actual con “El cañón de las Armas” recuperando aquellos violentos momentos de las protestas de 2010 en la cuidad de la Isla.
Lo que se presenció el segundo día en el Lotus es música chilena, Rapa Nui que aporta a la cultura de manera directa. El mismo Icka lo transmite en escena hablando que a través de su música intentan conservar su propia cultura y la lengua que se están perdiendo. Ambas muestras mandan mensajes a los jóvenes receptores a aprender y proteger aquello de lo que somos parte, un legado viviente.
Un Lollapalooza 2017 que lentamente ha ido incorporando más la música chilena diversa- ya desde el 2012 la Cúpula es exclusiva muestra de lo nacional- y ésta vez la cultura casi perdida se hace presente intentando combatir aquellos idealismos que nos separan con ambas bandas legado. El momento Lollapalooza del domingo es precisamente es la unión de nuestro Chile continental con la Isla, brindando la magia e inspiración perdida de la mano de Icka y Amahiro. Presenciamos en la muestra una sensibilidad de la historia pasada y presente, generando un futuro en donde todos podemos ser partícipes. La juventud de la isla y el patrimonio lo demuestran fuertemente Enrique Icka y Mario Tuki- vocalista y guitarrista de Amahiro- fusionando realidades y asimilando los mensajeas electrizantes que surgen en Rapa Nui.