Casi parecía ironía. “Foals vuelve a Chile” era el titular que más se repetía en la prensa musical en julio del año pasado. Y es que el revelo no era para menos: el conjunto británico llegaba en su mejor momento, promocionando un álbum alabado por la crítica bajo un espectáculo que era una fórmula de éxito comprobada en el viejo continente. Pero los desaires comenzaron unas semanas después. Aduciendo motivos de salud de su vocalista, atrasaron su esperado retorno hasta julio de 2016; a cuatro meses de eso, volvieron a correr su presentación hasta el 12 de octubre. Una fecha que de momento toma ribetes de ‘inamovible’ y que desata de pasada un fuerte fervor entre sus seguidores. A poco menos de dos mes de su visita, tan sólo quedan 200 entradas en sistema PuntoTicket por un valor general de $27.500.
La banda inglesa de indie rock se presentará en un único show en el Teatro La Cúpula. Foals se formó en el año 2005 en la ciudad de Oxford, Inglaterra, y está integrada por Yannis Philippakis (voz y guitarra), Edwin Congreave (teclados), Jimmy Smith (guitarra), Walter Gervers (bajo) y Jack Bevan (batería), quienes regresan a nuestro país en el marco de una gira mundial recientemente anunciada para promocionar su más reciente producción What Went Down, editada bajo el alero de Warner Music.
Foals unió su talento junto a la del productor James Ford, (Arctic Monkeys, Florence & The Machine, Jessie Ware, Mumford & Sons) para la creación de esta nueva placa. Se instalaron al sur de Francia y comenzaron a grabar. Según las palabras de Philippakis este material ¨llega a lo más profundo de la locura y presenta algunas de las mejores canciones que la banda haya escrito jamás¨.
Caminado con calma
En los premios NME celebrados en febrero pasado, y tras alzar la estatuilla a Mejor Álbum, Yannis Philippakis fue víctima de decenas de preguntas de la prensa sobre cuándo tendríamos en nuestras manos un nuevo álbum de Foals. Él fue categórico en señalar que no quiere apurar las cosas. No son esclavos de un sello con alcance planetario, ni mucho menos buscan dinero fácil: “Hemos sacado el disco, así que creo que nos podemos otorgar algún tiempo para descansar. Yo no creo que haya prisa en este momento. Tenemos que vivir la vida de nuevo, eso es siempre bueno para hacer un disco”.
De principio pueden sonar como palabras totalmente sabias, e incluso lógicas por parte de un conjunto que se encuentra físicamente agotado, y creativamente buscando nuevos horizontes. Pero si lo conjugamos con las mismas palabras de Philippakis emitidas hace unos meses, el resultado puede no resultar del todo óptimo: “No creo que vaya a ser para siempre. No creo que pueda. No estoy pensando en eso ahora, porque todos nos llevamos muy bien y estamos teniendo una explosión. Pero ya ha durado mucho más tiempo de lo que yo esperaba”.