Gwen Stefani es de aquellas estrellas noventeras que aún estremecen las redes sociales. Su relevancia no sólo se remite a haber sido parte de una de las bandas más icónicas de pop-rock de los 90, sino también de haber moldeado los noventa desde el estilo callejero y DIY. Algunos afirman que su estilo pre 2000 es la esencia del antiguo Tumblr, poniendo a Stefani como la OG Tumblr Girl. Lo que hoy nos convoca respecto de la artista estadounidense, es plantear su influencia cultural respecto de la moda que vivimos hoy y cómo es que su presencia artística elevó su propia costura.
Es complejo remitir a una artista femenina sólo a la forma en la que expresa su identidad a través de la ropa; los medios chilenos e internacionales se han encargado de que el género sea juzgado sólo por aquellas decisiones. Hoy, sin embargo, el análisis es otro. Lo que nos interesa, aparte de lo musical en Gwen Stefani, es entender cómo fue que en los 90 sus decisiones cromáticas respecto al vestuario modelaron una generación y lo que vendría finalmente de la cultura del Internet. En este sentido, plantear a una artista inserta en una de las industrias más misóginas del entretenimiento como una que rompía las barreras de la norma no es menor, siendo de esta manera una cantante que logró deconstruir lo femenino en pos de una propuesta performática.
Luego del gran éxito que logró No Doubt el 95 con su LP “Tragic Kindom” Gwen pasó a ser el nuevo foco de atención de Hollywood con 26 años de edad, compartiendo escena con Courtney Love, Tori Kelly y Mariah Carey. Lo que diferencia aún a Stefani de esta era es su apuesta atlética mezclada con tintes de punk, ya que este manierismo en la vestimenta se dispara el 14 de Junio de 1996 en una performance en el anfiteatro Shorline, donde unos pantalones de amarillo patente contrastaban con cierres negros como diagonales angulares. ¿Por qué aquella combinación marcó una diferencia? Stefani desde aquel día tomó lo atlético para convertirlo en tendencia fuera de lo utilitario.
Kill Bill se encontraba con Nike y formaban una pop star. De esta manera, Gwen Stefani manierismo de la moda que hoy llamamos athleisure, pero Stefani se apropió de la forma antes de que athleisure fuera una palabra. En la entrevista con Vogue citada anteriormente ella describe que su estilo básicamente se componía en dos mitades: de la cintura hacia abajo era tomboy y de la cintura hacia arriba glamour. Su huella en los noventa fue exactamente subvertir los límites de la vestimenta femenina, ya que lo deportivo no era precisamente una tendencia. Si el rap ponía el barrio como eje de su propuesta concpetual, Gwen traía la calle al escenario con una fresca perspectiva femenina.
Crop tops, buzos Nike low waist, botas o sandalias con plataforma, cinturones excéntricos, animal print, bikinis como poleras, choques de colores saturados, glitter, pasteles, labios granate, cabello color fantasía. Aquella moda que definió los noventa y principios de los 2000 como lo sporty chic y hasta tacky, Gwen Stefani lo definió en sus performance. Con referencias fuertemente cargadas en Madonna y Debbie Harry, Gwen era la Spice Girl que fusionaba todas las Spice. Lo interesante de su propuesta fue precisamente el adelanto al cambio de milenio y entender cómo es que el vestuario podía efectivamente ser una de las formas más eclécticas de individualidad, una que sólo añadía a la identidad ya formada con lo musical tanto en No Doubt como su carrera solista.
La eficacia de este vestuario entonces acercaba a Gwen a las multitudes, mostraba la forma en la que sus decisiones se transformaban en tendencia y más tarde una cultura, la cual vuelve estación tras estación. No podemos obviar el poder de esta preferencia que inicia como contra-cultura y finalmente se define como esencia de una década. El poder de una performance, el poder de un artista es precisamente encontrar estas vetas y explorarlas: hacer de una decisión una propuesta conceptual.
A Gwen Stefani la podrás ver el domingo 29 de Marzo en los escenarios de Lollapalooza Chile aniversario de 10 años.