«Cantante, compositor, instrumentista y productor de música.[…] Hitmaker (2008), Childish Prodigy (2010), Smoke Ring for my Halo (2012), Wakin On A Pretty Daze (2014) y b’lieve i’m goin down… (2015) y más, es lo que podemos encontrar en su catálogo», la primera aproximación de Kurt Vile en Wikipedia obliga a tomar respiro. Y es que a sus 36 años, Kurt Samuel Vile parece haber construido un legado de varias décadas en pocos años: lanzó al estrellato a The War on Drugs; editó seis álbumes solistas, cada uno con un viaje musical distinto e influencias que transitan desde el folk de Beck, rock con actitud de Bruce Springsteen, al poema viviente de Neil Young; y ha sido piedra angular en una suerte de ‘anti-revolución’ del indie. Una extensa historia que aterrizará una vez más en nuestro país.
En conversación con Rock&Pop en pleno festival Lollapalooza Chicago, Vile afirmó que «andará en noviembre por Sudamérica», no especificando fecha alguna. En esta oportunidad el músico presentará su más reciente producción b’lieve i’m goin down… (2015), un registro que sigue su línea sonora bajo un lenguaje mucho más maduro. «Kurt hace su propio mito; un niño/hombre con una voz de alma antigua en la era de la tecnología digital donde todo se convierte en algo más, por lo que este enfocado, brillantemente claro y aparentemete franco album es un soplo de aire fresco. Grabado y mezclado en varios sitios, entre Los Ángeles y árbol de Joshua, b’lieve i’m goin down… es un apretón de manos a través de todo el país, desde el este a la costa oeste, a través de la historia dustbowl («valle de las cenizas») de conversación honesta de Guthrie y una noche estática de paisaje californiano flotando en un paisaje casi sin agua. El disco es todo aire, sin peso, sin cuerpo, pero basada en la autenticidad convincente, en la mejor versión de un upcycling cantautor», explicó sobre el álbum Kim Gordon, ex Sonic Youth.
Vile ha descrito su propuesta como mid-fi a medio camino entre la baja fidelidad que se asocia al indie-rock y las grandes producciones: «Hago discos sucios, pero no los grabo en un cuatro pistas o con un [software musical] GarageBand mierdoso. No son lo-fi y no son hi-fi, pero son más altos que bajos», dijo en 2011 a un medio de Filadelfia.
Su sonido juega constantemente la perfección, y se traduce en letras melancólicas con visiones criticas de la sociedad: «hay tantas formas de tocar una progresión de acordes que las repeticiones nunca son exactamente iguales», cuenta.
Una visita además que servirá para que Vile sea el principal foco de atención, y tenga el tiempo suficiente para construir un paisaje musical. No olvidemos que su última visita a Santiago fue en apoyo al show de Thurston Moore en el Teatro Oriente en un ya lejano 2012. «La figura flaca y desgarbada, marcaba su presencia con prestancia inusitada y, desde el primer tema, mostró que lo suyo combina su sensibilidad folk, con rock de garaje y mucho espíritu punk. […] no hay duda sobre el talento melódico y vocal del artista», escribió en ese entonces Rockaxis sobre su efímero show.
El setlist del norteamericano se aboca principalmente a su más reciente producción junto con clásicos de su extensa trayectoria; en total cerca de 12 canciones que crean una atmósfera llena de nostalgia, punk, rock, y sátira social.
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