La justicia falló a favor de la música y en contra de ordenanzas carentes de toda lógica y respaldo legal. El juez Lisandro Fastman, resolvió este viernes 11 de noviembre hacer lugar a la acción de amparo en la causa “Move Concerts Argentina SA contra GCBA y otros sobre Amparo”, declarando así la nulidad de la Disposición N° 12133 de 2016 dictada por la Dirección General de Habilitaciones y Permisos, dejándola sin efecto para el caso particular. Ella prohibía la realización del show de Kraftwerk en Buenos Aires el día 23 de este mes, por considerarlo un “evento masivo de música electrónica”.
El magistrado razonó que las autoridades realizaron una interpretación restrictiva de la norma, ordenando además a la administración comunal que dicte un nuevo acto respetando la normativa vigente. En el recurso la productora a cargo argumenta que “existen diferencias sustanciales y determinantes entre el espectáculo para el cual su representada requirió el permiso especial, y las denominadas fiestas electrónicas. El suyo no es un evento bailable”, agregando que el público es “netamente mayor de edad”. Para la productora, “la administración confunde las normas aplicables para la concesión de su pedido”, agregando que “es una locura. Está claro que lo de Time Warp golpeó fuerte, pero se están tomando decisiones en el otro extremo”. Un 70% de las entradas ya están vendidas.
Recordemos que la Agencia Gubernamental de Control negó la autorización al considerar que si bien no estamos ante un festival propiamente tal, sí nos encontramos ante un espectáculo donde el instrumento principal es un sintetizador: “Luego de Time Warp, un fallo del magistrado Fastman prohibió todos los festivales electrónicos. Por eso, y a pesar de que se presentaron los papeles con 30 días de anticipación como corresponde, no podemos otorgar dicho permiso. Si bien no es una fiesta electrónica convencional, aplica la misma resolución por utilizar como instrumento principal un sintetizador o sampler. En la descripción del evento, lo presentan como un festival de música electrónica”, afirma el ente gubernamental.
Federico Arancibia, uno de los fundadores de la Asociación Civil de Música Electrónica (AME), sostuvo en Clarín que “[…] no se puede perseguir y sancionar a un género musical por un empresario negligente. en las electrónicas circula droga como en cualquier evento de músicaa. El público de Kraftwerk es muy diferente al de Time Warp”.
Vacío legal que reconocen desde la administración política de Buenos Aires, suscitando una arbitrariedad al momento de conceder un permiso. Por ejemplo, hace unas semanas se celebró el festival Sónar, pero que al ser llevado a cabo en un espacio público fue autorizado por el Ministerio de Cultura que razonó su visto bueno “porque son conciertos: no hay situaciones de baile ni DJs”.
A mediados de los años 70’ Kraftwerk había alcanzado reconocimiento internacional por su revolucionario sonido electrónico, sus paisajes sonoros, y su experimentación musical con la robótica y otras innovaciones técnicas. Con su visión del futuro, Kraftwerk creó la banda sonora de la era digital del siglo 21.
Sus composiciones, usando técnicas innovadoras, voces sintéticas y ritmos computarizados, han tenido una gran influencia internacional a través de una gran gama de géneros musicales: desde el Electro al Hip Hop, desde el Techno al Pop Sintético.
En sus presentaciones en vivo, Kraftwerk —Ralf Hütter, Henning Schmitz, Fritz Hilpert, Falk Grieffenhagen—ilustra sus creencias en las respectivas contribuciones, tanto del hombre como de la máquina.
Comenzando con la retrospectiva de su catálogo en el Museo de Arte Moderno de Nueva York en 2012, en los últimos años Kraftwerk ha regresado al punto de partida de sus orígenes dentro de la escena del arte de Düsseldorf a finales de los años sesenta . Reunir a la música y el arte del perfomance, sus conciertos en 3-D son una verdadera “Gesamtkunstwerk – una obra de arte total”.
“El concierto recupera de alguna manera la humanidad subyacente en todos nosotros utilizando el lenguaje de las máquinas, en formas que otros músicos no parecen haber capturado”, escribió el sitio Consequence of Sound en la reseña de uno de los primeros shows con esta estructura en 2014.
Este mismo concepto es el que pretende llevar el conjunto a su próximo álbum, y así romper una vez más la barrera sonora: “hemos trasladado nuestros shows a 3D y con sonido surround, una especie de sonido tridimensional. Hemos puesto un montón de trabajo en todas esas imágenes, transformándolas de nuestros archivos Kling Klang a formato 3D, arreglándolas sincronizadas con la música. Así que es una producción muy trabajosa”, explicó Ralf Hütter a Rolling Stone.
La serie de conciertos en el MoMA fueron seguidos con presentaciones en el Tate Modern Turbine Hall in London, Akasaka Blitz en Tokio, El Ópera House en Sydney, Walt Disney Concert Hall en Los Angeles y en el Neue Nationalgalerie en Berlín.