Pareciera que la vida de Mac DeMarco ya no es tan fácil. Acostumbrado a tomarse las cosas a la ligera y transformar lo bizarro como norma de lo cotidiano, su nuevo disco da luces de un canadiense más calmado, reflexivo y preocupado de cosas transcendentales y adultas. Se da cuenta que envejece, que las relaciones no siempre se mantienen bien y fantasmas en su vida que cada vez se vuelven más tangibles.
Coachella 2017 tuvo como invitados a él y varias de sus nuevas canciones, que debutaron bajo el sol desérticoy la irreverencia de un DeMarco que se resigna sin mayor lucha a las filtraciones e impulsa a sus fans a descargar su nuevo disco desde plataformas no muy amigas del derecho de autor. Veinte días antes de su lanzamiento oficial, This Old Dog ya circula por los foros de internet y aplicaciones p2p para algunos oídos ansiosos.
En This Old Dog, DeMarco vuelve a desempolvar su receta clásica, pero esta vez cambia alguno de sus ingredientes y agrega nuevos. La incorporación de un piano acústico en “One More Love Song” demuestra una jugada nunca antes vista en su discografía, un instrumento utilizado por primera vez adaptado a la identidad de su compositor.
Una vez más, el disco es el producto de su propia persona y nadie más. Grabó cada uno de los instrumentos que se escuchan en la mezcla, con un poco de ayuda en el mixing de un colaborador regular.
La madurez y la aparición de unos fantasmas del pasado quedan plasmados en “My Old Man”, el último corte del disco, donde se da cuenta de lo parecido que su estilo de vida se asemeja al de su abusivo y adicto padre.
“Estoy obsesionado con una banda japonesa, Yellow Magic Orchestra. No sé si el disco sonará así, pero los vengo escuchando mucho. Fueron pioneros de la electrónica, aunque también hicieron discos folk, psicodélicos, pop. Todo el catálogo es increíble. Otro grupo que me tiene emocionado es uno de Liverpool de los años noventa, The La’s. Escribieron esa canción que dice “There she goes” [entona la letra], ¿ubicas cuál? Resulta que son una gran banda. Hacían pop muy tradicional con guitarras acústicas. Así que aquí estoy medio atrapado entre súper música de sintetizadores heavy y canciones pop acústicas. Es un lugar extraño, pero lo estoy disfrutando”, reveló sobre los trabajos tempranos del LP a Rolling Stone Argentina en 2015.Y hay mucho de eso.
Las guitarras eléctricas con tintes psicodélicos ceden el protagonismo a las acústicas y sintetizadores cargados de pasado. Hay baladas simples, como This Old Dog y My Old Man, encabezadas por seis cuerdas de nylon que revelan la inspiración “tradicional” de la que DeMarco hablaba. Pero también hay ambición. La extensa “Moonlight On The River” es mucho más un viaje que una idea alargada. En sus siete minutos es capaz de construir una canción que explota en muchas capas de guitarras, sintetizadores y sonidos alienígenas.
Un tercer disco que se desmarca del resto por un matiz más “chill” (era posible), y que tiene todos los argumentos para convertirse en el más fuerte en lo que va de su carrera.
“This Old Dog” es el golpe de timón que la carrera de Mac Demarco necesitaba. Un disco que demuestra una mayor madurez, el canadiense da cátedra de cómo seguir vigente en un sector de la escena indie que lucha constantemente contra la repetitividad y la auto parodia.