Siete años y cuatro LPs, Moon Duo se ha embarcado en la exploración espacio-temporal, atacando desde los patrones y su exhaustiva repetición en una fórmula que expanden en lo “dreamy” y el krautrock como base certera. “Occult Architecture Vol. I” nos devuelve una vez más aquella fórmula codiciada, guitarra y órgano hipnótico, con los cuales en 47 minutos nos proporcionan un viaje hacia un desértico espacio exterior a través de una sesión motorik y narcótica.
Erik “Ripley” Johnson continúa en la indagación espacio-temporal que el cuarteto Wooden Shjips nos elevó en sus 4 álbumes previos, esta vez el encuentro es con Sanae Yamada-organista narcotizada- y su reciente adición John Jeffrey en batería. El recorrido del antes verdaderamente dúo espacial despegaba con el temprano mini LP de cuatro temas “Escapes”, el cual a través de una carretera de fuzz perdían el control y se adentraban en lo hipnótico de sus pasajes, atacando en su mayoría a los receptores agudos del “Vol.2” de Wooden Shjips. Hacia el 2015, y luego de “Mazes” y “Circles” como LPs completos, a la exploración se añade el baterista Jeffrey para aportar nuevos espcapes motorik al conjunto-elementos que permaneces en los siguientes gemelos espejados- volviendo entonces a las guitarras en cascada e insistentes drones con las cuales han hecho de su tanteo uno certero.
Lo hipnótico y los oscuros sueños “drone” hacen su aparición nuevamente en lo temprano del 2017, el 3 de Febrero entonces exponen el primer volumen de la nuevo par de exploración: “Occult Architecture Vol. I”. El par de álbumes Occult Architecture see encuentra en sus referentes densos a la literatura gnóstica y los patrones ocultos en las estaciones, por lo que Vol. I se hace cargo temáticamente de la indagación de lo oscuro, mientras que el Vol. 2-lanzado en Mayo de este mismo año- abordaría la luz como motivo.
El álbum en cuestión nos proporciona 47 minutos en los cuales se derivan 7 pasajes estupefacientes, conteniendo patrones que se aproximan a los sintetizadores escalofriantes y un krautrock como referente indudable. El álbum comienza con “The Death Set”, una introducción sexy y cinemática, un ataque desde el motorik beat monótono y las teclas loopeadas, que nos hablan de un cosmos expandido y un abismo somnífero. Este track entonces se ve potenciado con su sucesor, dejándonos ver texturas electrónicas que se entienden como algo desértico y seductor, oscuro y de tendencias muy siniestras. Ambos temas los dejaríamos como los destellos perdidos y más frontales del álbum, teniendo en cuenta aquel concepto de oscuridad del cual ambos pasajes se apoderan con mucho atractivo, acaparando aquello que es siniestro pero aún despega hacia el espacio.
La siguiente luz de este abismo del cosmos es “Cross-Town Fade” en dónde la búsqueda de los límites del space rock y la lisergia se ven explotados, jamás dejando atrás los patrones rítmicos pero encontrando un Groove repetitivo que se conecta como agridulce en la mejor manera. “Cult of Moloch”, el quinto acercamiento, se interesa también por uno de los motivos recurrentes en “Howl” de Allen Ginsberg, el dios de origen canaanita Moloch. Un pasaje para perderse en el espacio del krautrock repetitivo que nos recuerda a ratos a lo más liségico de Can en “Tago Mago”.
Aún así, encontramos pasajes que se sumergen en la monotonía de la fórmula ocupada durante la aparición terrenal de Moon Duo como lo son “Creepin’” o “Will of the Devil”, creando un ambiente agotado a ratos, algo así como un piloto automático compositivo para el ahora trío, con el que a veces se enmarcan demasiado en su zona de confort. No podemos negar la casi inmortal fórmula que también posee Sacred Bones Records desplegando en nuestras mesas jugadas siderales una y otra vez, dejando entonces a Moon Duo como uno de sus actos más codiciados junto con sus familiares Follakzoid y Psychic Ills, con quienes mantienen relaciones tanto sonoras como de amistad.
La oscuridad del álbum pareciera significar krautock austero, con tintes Groove y sintetizadores espaciales, texturas coloridas creadas sobre un motorik beat actual. Una aproximación interesante a una dualidad que recae en la literatura gnóstica, creando un álbum que sumerge en el misterio y la oscuridad sonora destellando hacia un espacio expandido. Aquí la fórmula compositiva juega nuevamente el rol preponderante, aquella fórmula en donde los patrones son su eje central, y a veces nos suena a predecible. Aún así las texturas y sutilezas que nos aportan con este primer volumen nos crean un soundtrack espacial desértico que impone su presencia desde lo oscuro e intenso.
Un título delicado que se abre hacia la arquitectura oculta de los patrones, arquitectura que podemos devolver hacia sus propias composiciones, una estructura que destella las sutilezas ocultas en su quehacer. Lo posicionamos como una aproximación sideral que nos traviesa hacia nuevas olas de sonido a ratos con atisbos de drones, de ensueño y que se enmarca en lo interplanetario.