En vísperas del lanzamiento de su tercer disco, Noel Gallagher y compañía llegaron al Estadio Nacional como soporte de la gira mundial de U2, oportunidad donde aprovecharon de estrenar su nuevo single y revivir algunos clásicos de Oasis.
Un telonero de lujo. Y no podría ser de otra manera, porque los 30 años de la obra maestra de U2, debía celebrarse en grande. ¿El elegido? Una figura familiarizada con Chile y uno de los mejores amigos de Bono: el británico Noel Gallagher junto a su proyecto solista High Flying Birds.
Pasada las 19:30 horas, y con Shoot a Hole into the Sun sonando de fondo, los cinco músicos salieron al escenario. ¿La novedad? La presencia de Gem Archer y Chris Sharrock, ex miembros de Oasis y, que por esta gira, acompañan al hermano mayor de los Gallagher.
Los primeros acordes de Everybody’s on the Run dieron inicio a un set corto pero bastante potente, que si bien, no sufrió mayores variaciones desde su última presentación en Lollapalooza 2016, la banda logró superar con creces aquel recuerdo. Con un Noel mucho más carismático y cercano al público, frases como “I love you too” o la convicción de que “Alexis Sánchez algún día será el rey de Manchester”, construyeron un ambiente mucho más amable. Total, acá todos éramos amigos.
Tras un breve set de canciones provenientes de los dos discos con High Flying Birds, vendría el momento de rememorar el pasado junto Oasis. Champagne Supernova sería la primera en romper el hielo, entre un público que se familiariza más con los tiempos pasados que con los venideros.
Tras aquel momento, se interpondría la presentación del primer single del nuevo disco Holy Mountain, canción que hizo su debut mundial en Argentina, y que en vivo demostraría las ganas de experimentar que está viviendo Noel Gallagher. Situación que se plasmará con mayor intensidad en cuanto “Who Built the Moon?” salga a la venta el próximo mes de noviembre.
Otra sorpresa de la tarde llegaría con la interpretación de Little By Little, a la cual le seguirían los clásicos Wonderwall y Don’t Look Back in Anger, ambas bastante coreadas por el público que ha esa hora ya comenzaba a llenar el recinto.
La jornada llegaría a su fin con Aka.. What a Life, y con la promesa de que regresarán proximamente. Un show con gusto a poco pero que demostró lo mejor de su repertorio, calentando los motores para lo que se vendrá en el futuro.
Por Luz Venegas.