Otessa Moshfegh no tiene límites en cuanto a temas refiere. Navegamos entre la desaparición consciente a través de pastillas en “Mi año de descanso y relajación”; entre una joven que se ve inmersa en la tóxica rutina de su padre alcohólico en “Eileen”; entre la sociedad medieval perturbada en su más reciente “Lapvona”. Aún así, tenemos un factor en común innegable en la escritura de Moshfegh: lo macabro y repulsivo.
Lo que nos convoca hoy es una colección de cuentos de la autora estadounidense titulada en español “Nostalgia de otro mundo” -o “Homesick for Another World” en su idioma original- publicada por Alfaguara, en donde recorremos 14 hostorias, cada vez más desfiguradas. Quienes ya la han leído en su formato novela, sabrán que la escritora no es una que se reconozca por pedir disculpas con su pluma, es más bien voraz de una forma hasta incómoda, que se inserta en los detalles más horroríficos del cuerpo humano, sus rutinas aparentemente normales y todo aquello que queda como tabú.
Uno de los mayores atractivos de esta serie de historias es que Ottessa Moshfegh va cambiando de perspectivas y narradores de cuento a cuento: tenemos personajes que escriben en primera persona sus aconteceres, narradores omniscientes, sucesos contados por narradores tanto mujeres como hombres. Muchos de estos cuentos nos recuerdan a la sensasión que nos dejan las historias de Vladimir Nabokov en su colección “Belleza Rusa”. Hay una cuota de cotidianidad pero en aquellas historias siempre hay algo que quiebra esa sensasión tangible o de seguridad, así interpelando al lector.
Hay una obsesión con aquello aberrante o asqueroso, con las mutaciones del cuerpo, deformidades y cómo estos sujetos sobreviven a su rutina diaria. Podemos ver esto tanto en el relato “Malibú” que cuenta la historia de un extraño personaje cubierto de granos que se enfrenta a su tío y a las deficiencias económicas, y extrañamente al corte de un césped. Podemos ver cómo lo extraño se apodera totalmente de la narrativa en “Una carretera oscura y sinuosa”, en donde su título evoca un camino hacia una cabaña en el bsoque, pero la red de mentiras absorbe más allá de las corporalidades materializadas en palabras.
En “Los raritos” sentimos cómo los personajes de Ottessa son aberrantes de diferentes maneras. Hacen cosas asquerosas o son derechamente personas que abundan en su repulsividad, pero la ganancia en este este tipo de historias es que aquellos individuos dicen lo que piensan, justo esas palabras que nadie debería decir en voz alta. Mosshfegh habla de y se pone desde la perspectiva de lo tabú y quienes lo encarnan. A diferencia de Tarantino que, por ejemplo, ocupa la violencia en sus últimas películas como algo que llamamos “violencia por violencia”, nuestra autora se sumerge en lo abyecto con plena luicdez y de deja bañar de lo macabro para mostrarnos sus más secretos detalles.
En esta colección no hay grandes fantasías, excepto quizás en “Un lugar mejor” que encarna el último cuento de “Nostalgia de otro mundo”. Todo lo que leemos se crea dentro de la “normalidad”, estos cuentos nos hacen una especie de macro a esas huellas de lo macabro en la cuidad: Moshfegh posee el lente de la aberración literaria contemporánea de la mejor forma posible. Y es que a pesar de que sus historias nos hagan entreccerar un poco los ojos, tiene una magia propia que eleva su escritura; dígase adictiva, dígase impecable, dígase deforme.
Otessa Moshfegh se apropia de la dislocación de la realidad para aportar una visión única de la literatura hoy. Posee una cualidad cinematográfica para narrar que le agarra desde la primera línea en cada cuento. Sus historias, ya sean en formato cuento o novela, no son para aquellos débiles de corazón (“not for the faint of heart”), son historias atrevidas y desgarrantes, morbosas y por sobre todo voyeristas, en el sentido en que sentimos que estamos presenciando actos íntimos que no deberíamos presenciar, o bien que alguien se expone sin nuestro consentimiento. Ottessa Moshfegh siempre es un regalo cuando de su escritura se trata, nos pone en aprietos con nuestras propias líneas de pensamiento, nos interpela y nos descubre.
Encuentra “Nostalgia de Otro Mundo” en Penguin Random House.