Fue una primera aproximación extraña. Faith No More realizaba en el Estadio Bicentenario de la Florida el que sería su último concierto en la historia, privilegiando una vez más a Chile antes que su ciudad de origen o algún acuerdo multimillonario con un festival de turno. Los ánimos estaban por los cielos además: pocas semanas antes se había vivido en el mismo aforo el debut -y de momento despedida- de Rage Against The Machine, con una batalla campal contra la segregación de precios de la productora Transistor, que hasta día de hoy sigue siendo materia de estudio. Bajo ese clímax, Primus, liderados por las lisérgicas cuatro cuerdas de Les Claypool, se disponían a un primer encuentro con el público chileno, ese que creció viéndolos en soundtracks de videojuegos y perturbadores videos en MTV; pero el resultado fue relativamente desalentador: el sonido llegó hasta cierto espectro del estadio, el set fue corto, y quedó pendiente una revisión más fiel a sus obra. Primer episodio de una extensa relación, y que al igual que con los maestros de ceremonia de dicho día de diciembre de 2010, marcaría un precedente casi único a nivel mundial.
Después fue el turno del festival Maquinaria (2011) y Rockout (2014); no obstante, el año pasado se vivió su tetralogía, aquella que los terminó de posicionar en ese selecto lugar de bandas con una relación íntima con Chile, apelando a una masividad que difícilmente pueden encontrar en el viejo continente o incluso, Norteamérica: tres fechas en el Teatro Municipal y una en el Teatro Cariola, donde revisaron íntegramente Frizzle Fry (1990), álbum debut del proyecto y que definió una década en búsqueda de una suerte de “anti identidad”. Fue además su primera oportunidad de presentarse en solitario. Un libro que abrirá antes de lo esperado, un nuevo capítulo.
El 24 de enero es la fecha elegida por las voces tras “Mr Krinkle” para sellar su retorno. Lo harán en el céntrico Teatro Coliseo en una gira que busca promocionar “The Desaturating Seven” (2017), su más reciente placa. En los próximos días se oficializarán mayores plazas dentro del continente así como detalles de la venta de entradas.
La novena placa de Primus se trata de una obra basada en el libro para niños The Rainbow Goblins, escrito por italiano Ul de Rico, que el propio Claypool utilizaba para leerle a sus hijos cuando éstos eran pequeños. A lo largo de los 34 minutos de duración el conjunto se mete en las historias de dicho relato, creando sus propias letras y demostrando que lo suyo va más en una interpretación musical-teatral.
Un disco que funciona como un todo unitario, que no se puede fragmentar. El sonido es el clásico e inextinguible de Primus; con toques de King Crimson, Rush, viaje introspectivo en definitiva, y que les devuelve el calificativo de “progresivos”.
La alineación que se verá en el cono sur es la histórica: el vocalista y bajista Les Claypool, el guitarrista Larry LaLonde y el baterista Tim “Herb” Alexander, éste último reincorporado en 2003 tras un receso de tres años, y que le brindó la fuerza creativa necesaria que en algún momento se consideró extinta. “Green Naugahyde” (2011), “Primus & the Chocolate Factory with the Fungi Ensemble” (2014) y “The Desaturating Seven” (2017) son fruto de ello. Registros con la fórmula ya conocida de Primus.
El show en sí se divide en dos grandes segmentos: el primero, con cinco “clásicos” de su extenso recorrido musical; y el segundo, más extenso, se concentra en “The Desaturating Seven” (2017), con una interpretación íntegra. El encore retome dichos caballos de batalla, entre los que se pueden enumerar “Too Many Puppies”, “My Name is Mud”, “Jerry Was a Race Car Driver”, “Here Come the Bastards”, entre otras.