Lo que se vivió con Protistas, justo a las nueve de la noche y frente al Planetario de Santiago, fue una experiencia como pocas. La gente que salía del sorprendente show que Parquet Courts acababa de realizar, se topó con las primeras líneas de Hospital Salvador, canción que abre su penúltimo disco, Nefertiti. Muchos se quedaron a ver el show que recién comenzaba, otros ya llevaban su tiempo esperando que la banda empezará a tocar, lo cierto es que la banda fue la que convocó a más personas alrededor del Escenario Voyager, lo que puede explicar por lo interesante del estado que vive la banda de Álvaro Solar, Andrés Acevedo y Alejandro Palacio; o tal vez porque a esa hora el recinto comenzó a llenarse a la espera de los shows de cierre.
Pero hay muchas razones para creer que la primera posibilidad es la causa. Hace menos de un mes hicieron un masivo show en Matucana 100 donde lanzaron Microonda, su excelente nuevo disco, que trae canciones muy distintas a las de sus comienzos, pero siguen estando a la altura de su destacado catálogo.
El show de Protistas calzó justo en el horario de puesta de sol, lo que hizo que el escenario y el cielo se tornara de un tono anaranjado, mientras se oscurecía a medida que la banda realizaba su set de una hora, algo inusual para las bandas chilenas, pero que terminó transformándose en una oportunidad única que supieron aprovechar.
Fueron varios los invitados que la banda subió al escenario. Niña Tormenta estuvo por gran parte del show apoyando en las voces, armonías y con un ukelele – que costó hacer sonar- en Historia Natural. Felicia Morales también tuvo una participación, algo acotada, con su violoncelo para Gato Mojado y otra canción del setlist. También estuvo presente, y como lo viene haciendo desde hace un tiempo, Francisco Marín, el guitarrista histórico de la banda que aportó en su momento con varios de los temas que hicieron conocidos a la banda.
Un punto alto de su setlist fue Pequeño Pirata, pieza fundamental de su nuevo disco. Una canción cautivadora y emocionante y que, junto a Niña Tormenta, la usaron para crear una exquisita atmósfera que se complementaba con las luces tenues, tanto natural como artificial, que acariciaba a los músicos y el público.
Es evidente que Microonda es un paso adelante en la carrera de Protistas, un paso que demuestra su capacidad para hacer canciones excelentes, con distintas atmósferas e instrumentos y unas letras recordables y sumamente ricas. Cumple todos los requisitos para catalogarse como la mejor presentación de una agrupación nacional en En Órbita, junto a la de Miss Garrison varias horas antes. Protistas está en un excelente momento, y sus presentaciones en vivo son el mejor momento para darse cuenta de eso.