Fue una de las bandas norteamericanas pioneras a la hora de situar las semillas dentro del género del psych rock, con guiños a lo que un futuro llamaríamos stoner rock. Después de un largo recorrido turístico por muchas de las legendarias bandas europeas, volvemos a los Estados Unidos para presentar una de las rarezas más grandes del siglo pasado.
El primer disco de este power trío de Brooklyn lleva por nombre “Kingdom Come” . En el año 1968 el baterista John Garner, el guitarrista Louis Dambra y el bajista Gary Justin formarían lo que luego se convertiría en uno de los máximos exponentes de un heavy metal más madrugador, es decir, Sir Lord Baltimore. Deben ser pocos los que conocen la existencia de este gran grupo, como también existen algunos que la consideran como la primera banda en su playlist de heavy metal. Otro característica a destacar sobre Sir Lord Baltimore es que el vocalista era el propio baterista John Garner.La banda pasó por dos etapas en su trayectoria. La primera fue su momento dorado entre finales de los 60 y principios de los 70. Décadas más adelante, ya entrados en el siglo XXI, Garner y Dambra vuelven a reunirse para sacar el tercer álbum de estudio 35 años después de su segundo disco homónimo. La reunión para esta segunda etapa vino precedida por una gran edición vía Polygram, en la cual re-editaban sus dos primeros trabajos como aperitivo para lo que sería la llegada del inminente “Sir Lord Baltimore III Raw”.
Las semillas de esta formación comienzan tras la expulsión del auditorio Fillmore East, cuando su promotor Bill Graham los calificó como “un verdadero grano de pus”. Corría el año 1969 cuando estos tres melenudos del conocido barrio neoyorquino, acabarían formando Sir Lord Baltimore después de la expulsión de ese mítico local. Eran anónimos en aquella época, muchos de los críticos de aquel entonces desconocían a este talentoso trío. Sus influencias al blues rock y a la psicodelia eran de puro júbilo en sus discos. Como una versión más pesada, de los recientemente reseñados Blue Cheer.
El ritmo de Sir Lord Baltimore, si lo comparamos por ejemplo con Black Sabbath, va mucho más rápido. “Kingdom Come” esta lleno de poderosos riffs que retroalimentan el posterior manejo de unos genios como Deep Purple o los solos del maestro Hendrix. “Kingdom Come” es un cúmulo de excelencias musicales elevadas a la máxima exquisitez. Estos tipos logran crear ese sonido único y original que tan bien los caracterizó. Si bien los solos de guitarra de Louis Dambra son uno de los puntos culminantes en el estilo de la banda norteamericana, se podría calificar de prominente la sección que lleva el bajista Gary Justin, un músico que tiene sus momentos más estelares en canciones como “Hard Rain Fallin’” y esa introducción de graves. Por su parte John Garner se mantiene perfecto a la batería; aunque dónde se desmarca es en las voces, llevándolo de un modo más excéntrico y en el que tantos cantantes pintorescos fijarían su estilo en un futuro inmediato.
“Kingdom Come” es un trabajo lleno de energía, la única canción donde bajan las marchas es la sensacional “Lake Isle Of Innersfree” y esa genial interpretación de Louis Dambra con sus 12 cuerdas. Las letras del disco vienen más bien enfocadas al amor y los temas psicodélicos, algo que en la segunda etapa se invirtió en su totalidad llegando a componer canciones dónde sus letras citaban más al cristianismo. Toda una ironía.
Led Zeppelin, Cream, Jimi Hendrix, Black Sabbath, Iron Butterfly, Deep Purple, The Who, Blue Cheer… todas formaciones ilustres que si no llegan a ser por verdaderos torbellinos de genialidad como estos Sir Lord Baltimore o King Crimson no se podría hablar exactamente de qué puede ser el verdadero inicio de un estilo legendario como el heavy metal, ahí está “Helium Head” para calificar el estilo traducido a metal pesado en ese final apoteósico de verdadera destreza técnica en las labores de estos 3 pedazos de músicos.
Desde los ritmos más frenéticos hasta las voces más plañideras, algo sabroso y distorsionado, un verdadero manjar de disco con grandes rarezas del rock como “Master Heartache”, una visión futurista de los primeros Aerosmith más arrogantes. Grandes bonanzas del rock como “Lady Of Fire” o la inicial “Kingdom Come” tan pesadas como los primeros discos de los eternos Sabbath. Los momentos más progresivos vienen de la mano de la citada “Lake Isle Of Innersfree” u otros más atmosféricos como “Man From Manhattan”, toda una aventura de canción. El frenetismo alcanza su estado demencial en “Pumped Up” o “Hell Hound”, dos cañonazos memorables de este inolvidable “Kingdom Come”, cortes de riffs aplastantes, ritmos maníacos y la guitarra de Louis Dambra que serpentea por todo el tramo picando con su sonido más venenoso.
La pregunta que siempre me haré es qué hubiera sido de Sir Lord Baltimore después del año 1971, tan sólo dos años después de su formación y comienzo de su letargo de más de 3 décadas y media para llegar a una segunda etapa que nunca sería lo mismo. El éxito supongo que habría estado asegurado, talento no falta en este brillante “Kingdom Come”. Es una pena que la banda fracasara en sus intentos por ese tercer álbum cuando estaba previsto de lanzarse a mediados de una década como la de los 70.
Muchos los proclamaron como los padrinos del stoner rock, los críticos fueron los que los calificaron por vez primera con la etiqueta heavy metal. Todo anécdotas de máxima garantía ya que sus dos primeros discos están considerados como auténticas obras de culto. Un grupo como Sir Lord Baltimore es para los amantes de los sonidos más clásicos, lástima que sus dos primeras obras actuaran como tal trituradora que cayera fuera de cualquier radar, empezando por este “Kingdom Come”, el disco que más puedo recomendar de los neoyorquinos.