Multi-instrumentalista y cantante de Ocklahoma Annie Clark – más conocida como St. Vincent o la versión femenina de Bowie- se aproximó este 2017 con otro arquetipo musical que construye un saturado mundo de colores complementarios. La quinta placa solista es una retorcida fusión titulada “MASSEDEUCTION“, en donde el pop futurista y bocetos caóticos se desarrollan con absurda claridad.
10 años han pasado desde su debut solista “Marry Me” en Septiembre del 2007, debut que destellaba con una impecable producción sintiéndose referencias al trabajo de Kate Bush o a “Lodger” David Bowie. El material discográfico nunca cesó, “Actor” le siguió el 2009 para luego concretar “Strange Mercy” dos años más tarde para instalarse como la catarsis más potente e innovadora del 2011 –como propuso Pitchfork. La colaboración con David Byrne (ex Talking Heads) vino al año siguiente con el efervescente álbum “Love This Giant“, una propuesta consolidada desde el pop distorsionado y enraizado al jazz más ácido.
Fue entonces el 2014 con su álbum homónimo que Annie Clark logró convocar su masividad con lo que fue su producción más aclamada hasta la fecha. Chillidos de poder femenino gritaba “St. Vincent“, una poderosa catarsis de texturas. Aún así, el 2016 se impone como una imperante guitarrista y creadora de su “signature guitar” fabricada junto a Ernie Ball Music Man para así serla primera mujer en crear su propia guitarra eléctrica para el mercado masivo.
13 de Octubre de 2017 Annie Clark devela “MASSEDUCTION” en su totalidad, con 41:36 minutos de duración y bajo el sello Loma Vista. La producción fue particular y extensa, entre aquellos 14 ingenieros, mezcladores y productores destacan los nombres de Jack Antonoff (Lorde, Taylor Swift), Lars Stalfors, John Congleton y la misma Annie Clark. Los músicos que contribuyeron a la realización de este álbum fueron 21 en total, grabando en tres locaciones diferentes: Electric Lady Studios (NY), RoghConsumer Studio (Brooklyn) y Compound Fracture (Los Angeles).
El particular artwork de la quinta placa se St. Vincent es algo que no podemos pasar por alto. Aquellos saturados opuestos complementarios que podemos ver desde el booklet hasta sus videos construyen una específica estética dirigida desde Willo Perron & Associates, apoyada por las fotografías en estudio de Nadda Afsari. La misma portada que supone una mujer de espaldas y salida desde una pared magenta no sería Annie Clark sino la modelo y artista visual Carlotta Khol (de quien puedes revisar su peculiar trabajo visual).
En cuanto al arquetipo construido en ésta producción Annie declaró:
“Cada álbum que he hecho posee un arquetipo. Strange Mercy fue housewives en pastillas. St. Vincent fue una líder de un culto futurista. MASSEDUCTION es una dominatrix en un psiquiátrico. Es diferente, es bastante primera persona. No lo puedes descifrar demasiado rápido, pero si quieres saber sobre mi vida debes escuchar este álbum”.
La introducción a “MASSEDUCTION” es “Hang On Me“. Abre con sintetizadores fragmentados y una suave narradora, un track bastante corto que nos deja entrar suavemente por las puertas de la distorsionista del Art-Rock.
Así destella “Pills“, tercer single del álbum que está justamente dirigido para ser una especie de estallido. Aunque sus letras nos dejan entrever una directa crítica hacia los excesos de medicación no posee aquella raíz, más bien viene desde el mismo problema de insomnio que poseía Annie. El beat en esta ocasión fue desplegado por Sounwave, quienes reconocido por los beats de Kendrick Lamar con quien también trabaja en aquella fecha para la producción de “DAMN.” “Pills” Presenta pasajes que nos atreveríamos a mencionar como las más osadas jugadas en guitarra del álbum completo, combatiendo un coro absurdamente infeccioso:
“Pills to wake, pills to sleep
Pills, pills, pills every day of the week
Pillsto walk, pills to think
Pills, pills, pills for the family“
Continuada por el title-track del álbum, “Masseduction” se torna espeluznante con cada segundo. La voz de Annie no deja nada que esconder, se adentra en los falsettos con una suavidad infinita. Guitarra, sintetizadores y beat arman una incandescente estrategia semi-futurista vibrando en su potencia distorsionada. Aquí justamente os encontramos con lo que Annie declaró como la tesis del álbum, un empoderamiento seguro: “I can´t turn off what turns me on“.
“Sugarboy” se agita como un viaje intergaláctico de género, cruzando un tema que posee el beat más fuerte y decidido con ciertos destellos sintetizados que nos devuelven al 2014 con su proprio homónimo, jugando entremedio con la melodía del tema “Los Ageless” que es justamente el que lo sucede. A este último track se le atribuye la colaboración del duo de jazz Patti y Tuck Andress -que de hecho son los tíos de Annie. Siendo este el segundo single se desenvuelve de una manera exquisita, su comienzo es retorcido entre tantas capas digitales, pero al alcanzar su punto de quiebre aquel componente ácido y refrescante surge. Su voz con aquel vibratto ácido y fluorescente crean de este tema uno que crece en sus receptores con repetidas reproducciones.
“Savior” saborea todas las facetas kinky de la multi-instrumentalista, atravesando líricas con referencias al juego de roles y vestimentas en latex. Otro destello de aquella dominatrix salida del psiquiátrico. Aquello justamente se ve contrapuesto al sucesor del kink, una balada arraigada al amor ciudadano “New York“. Suavidades que Annie ha sabido contraponer, atribuyendo a este track entonces múltiples cuerdas como intensos colores texturados.
Nuevas influencias y trucos eléctricos es lo que nos trae St. Vincent en este nuevo larga duración, trucos que devienen hasta de una electrónica industrial con claros referentes del Krautrock alemán. Un álbum arraigado a los grandes temas: sexo, drogas, tristeza y relaciones amorosas, pareciera ser una receta hecha para el desastre cliché pero nos deja saborear colores que nos golpean con impotencia. El género es un problema instalado en las líricas y visuales de Annie, así como también el poder femenino y la cultura pop de Hollywood, así como la medicación y el narcisismo excesivo.
“MASSEDUCTION” posee una innegable influencia pop pero no es un álbum que no deviene del pop propiamente, se alimenta de él de una manera tangencial abarcando elementos constructivos y transgrediendo aquellos estereotipos. Esta visión futurista y fragmentada que presenta esta versión femenina de Bowie se presenta como una serie de comentarios culturales, una serie de entradas de su propia biografía en viscerales líneas que destellas en momentos sus sensibilidades hacia el Barroco.
Este álbum exacerba aquella cualidad propia de nuestra cultura de utilizarla música como un material dispuesto al rápido acceso y consumo, la exacerba no desde lo literal sino que desde la producción visual. Aquella es una que como hemos repetido se nos acerca desde los opuestos complementarios, una síntesis saturada de colores que vibran al extremo (un pequeño guiño a la Historia del Arte).
Un trabajo que se inserta desde una producción nítida, logra proponer a St. Vincent como una fuerza con una presencia desbordante. “MASSEDUCTION” no podríamos tacharlo de su mejor trabajo hasta la fecha, pero sí vibra en su dimensión política. Con la importancia de un carácter femenino transgresor, aquella dominatrix del psiquiátrico, Annie Clark logra despejar las variables, logra fusionar sus referencias en una potente visión distorsionada. Annie es un camaleón que en vez de camuflarse logra transformar el mundo a su alrededor, uno saturado en color.
“Once the album is out is for everybody else” – Annie Clark