Por Salvador J. Leiva
Mark Kozelek es sin dudas, un personaje singular: el tipo de 51 años es carismático, de un humor acido y sarcástico, pero a la vez encantador. El pasado sábado el respetable que estuvo presente en el Espacio Riesco pudo experimentar toda la personalidad que el cantautor y su banda Sun Kil Moon desplegaron con su música en aquella jornada de atardecer en el Festival Otoño Fauna.
Pasadas las seis de la tarde, al subir al escenario, rápidamente Kozelek saca las primeras carcajadas entre el público, confundiéndose accidentalmente de país al momento de saludar, diciendo ‘Hola, Argentina’. Acto seguido, el rostro de Sun Kil Moon explica que tocarán canciones de su álbum que salió hace un día atrás, titulado de misma manera que su nombre, generando más risas entre las personas presentes.
El modus operandi de Sun Kil Moon es similar al de los clásicos The Doors: un guitarrista, un tecladista, un baterista y un poeta/cantante. Eso sí, lo que se difiere entre una banda y otra es que el conjunto liderado por Mark Kozelek se basa en hacer una base instrumental que en la mayoría de los casos es repetitiva, centrándose en lo que Mark escribe, siendo gran parte de sus creaciones letras de sus experiencias personales y cotidianas que a veces pueden durar más de 10 minutos.
Al término de la primera canción, Kozelek pregunta al publico si pudieron escuchar lo que el cantaba. Al recibir la respuesta positiva de la gente, el hombre se ve satisfecho. Sin embargo, llega un roadie a cambiarle el micrófono, dejándolo confundido y preguntando ‘¿Que sucede?’ logrando otra vez carcajadas en el público.
Entre el público se notaron algunas caras de aburrimiento. Quizá porque desconocían o no tenían noción alguna del trabajo de Sun Kil Moon, y no es una sorpresa: a las personas que esperaban a The Drums o a lo que disfrutaron de Cosmo Pyke les debió parecer tedioso y hasta insufrible el setlist de Sun Kil Moon, ya que el estilo y la música en general difiere bastante entre estas bandas y el conjunto liderado por Kozelek. O puede ser que mirar a un tipo cantar letras complejas desde un atril no es algo atractivo para algunos.
El cantante tuvo la ocasión de bromear con un número estelar de esta versión de Otoño Fauna, diciendo: ‘Esta siguiente canción de 15 minutos será el tema de conversación de ustedes por los próximos días. Hará que tuiteen acerca de ella mientras Mogwai esté tocando. No, en serio, amo a Mogwai’ refiriéndose a la canción ‘Linda Blair’.
Antes de tocar sus dos últimas canciones, el agradable cantante declaró su amor al ceviche, asegurando que su estadía en Chile hasta el momento había sido bastante placentera. Llegaría entonces ‘Dogs’ y ‘I Can’t Live Without My Mother’s Love’, únicas canciones reconocibles del inédito setlist, ya que éstas pertenecen al aclamado álbum ‘Benji’ del año 2014. La primera resultó en una distorsionada y ruidosa interpretación, mientras que el cierre de concierto con la segunda mencionada fue el momento más emocional y armonioso de la presentación de Sun Kil Moon, donde Kozelek expresa todo su amor a su madre y que es lo más cercano a una amiga para él.
‘Desde muy pequeño, mi sueño era cantar frente a la gente, y a través de los años nunca pensé que podría llegar a lugares tan lejanos como Santiago, Chile’ diría un agradecido Mark Kozelek antes de cantar su última canción en el escenario del Espacio Riesco, dejando a Sun Kil Moon como un acto que quizá habrá tenido sus detractores durante la jornada, pero que finalmente logro cautivar y contener la atención de un público maravillado con la honestidad y singularidad que el conjunto de Mark Kozelek logró irradiar esa tarde/noche de sábado.
Setlist:
- This is My Town
- 666 Post
- Young Riddick Bowe
- Blood Test
- Linda Blair
- The Black Butterfly
- Dogs
- I Can’t Live Without My Mother’s Love