“Said you wouldn’t be home late tonight…”
Quizá uno de los acontecimientos más importantes que he de recordar respecto al año 2012 fue el arribo de Tame Impala a Chile. Fue ésta la primera presentación de Kevin Parker y compañía en tierras nacionales, y en ese momento me preguntaba ¿quién rayos es Tame Impala? Claro, solo un sujeto completamente alejado de la escena musical actual podría fabricar tal pregunta, pero en aquel momento los australianos no movían las masas que mueven hoy en día. Busqué entonces sus álbumes y grandes éxitos, y me sorprendí al escuchar un sonido fresco, pero a la vez reminiscente de lo mejor de los tiempos pasados: eran los embajadores de la nueva psicodelia. Innerspeaker y su EP homónimo se convirtieron en mi obsesión, y ver a Tame Impala en vivo era una necesidad imperante. Aún pese a mi voluntad, no pude asistir al concierto.
“…Now my only company’s a half full glass of wine…”
Claro, la falta de dinero fue en ese momento mi excusa, aunque perderme aquel evento por un monto cercano a los 20 mil pesos es algo que hasta el día de hoy no me perdono del todo. Me mantuve sin embargo como un ávido fanático, esperando con ansias su siguiente LP. Para seguir su rastro me suscribí a su newsletter, y recuerdo con nostalgia el día en que en mi bandeja de entrada recibí una invitación a revisar el video del primer single de Lonerism, “Elephant”. En ese momento se dispararon mis expectativas por lo que se venía, y vaya que Kevin Parker cumplió; Lonerism fue el álbum del cambio, el que innovó dentro del registro de su propia discografía al introducir más pop y sintetizadores, sin olvidar la psicodelia de sus orígenes. Hasta el día de hoy sigue siendo el álbum más Tame Impala de Tame Impala.
El lanzamiento de aquel aclamado LP fue el 5 de octubre del 2012, solo dos meses después de su presentación en Chile. Estaba aún fresco el recuerdo de mi imperdonable ausencia a la presentación en el Chimkowe, y solo soñaba con una segunda chance para vibrar al ritmo de “Half Full Glass Of Wine“. Así pasó el tiempo, y durante el 2013 pensaba en cuántos serían los años que debería esperar para poder tener la oportunidad nuevamente. ¿Llegarían a Lollapalooza o al Primavera Fauna? “Ojalá los traiga el Maquinaria” pensaba de manera esperanzada e inocente.
“…Leave me no choice but to plot my revenge…”
Enorme fue mi sorpresa cuando el ciclo S.U.E.N.A. anunció a “Tame Impala, por segunda vez en Chile”, apenas un año después de su presentación. ¡No lo podía creer! Lo único que me separaba de mi sueño era juntar las 20 lucas y subir Peñalolén: pan comido.
Asistí entonces en compañía de mi primo, a la espera de lo que sería una inolvidable noche. Apenas ingresamos corrimos al centro de la reja, asegurando un espacio privilegiado a la hora de ver el show. Luego del teloneo y entre humo de sustancias, vemos llegar a Kevin descalzo, mientras un eufórico y rebosante Chimkowe le daba la bienvenida expectante por sus clásicos. Desde la intro y “Endors Toi”, hasta el encore y cierre de “Nothing That Has Happened So Far Has Been Anything We Could Control”: se cumplió con todo. Logré mi cometido y me sentía en el cielo luego de presenciar el show de la que en aquel momento fuera mi banda preferida.
Luego de esperar por algún setlist, baqueta, o uñeta que no conseguimos, nos retiramos aún en éxtasis por lo acontecido. Bajamos a pie con el objetivo de llegar hasta la Rotonda Grecia. Durante el recorrido de aquel largo tramo comentamos los detalles del espectáculo: efectos visuales, performance, iluminación, instrumentos que nos cautivaron, y la tan inevitable como jovial discusión de la mejor canción del show. Aquel fue posiblemente mi momento favorito: la noche para divagar y absorber la experiencia, a paso lento mientras veíamos el cambio del paisaje: desde lo alto a la realidad cotidiana. Poesía y el final de mi ambición.
Un poco antes de llegar a destino llamamos a mis padres para coordinar nuestro encuentro. Me subí al asiento trasero del auto, y aún no podía creer que vibré mientras sonaba “Half Full Glass Of Wine”.
“…Thank God that I’ve been blessed with a patient mind.”