Casi parece una efeméride, de aquellas que perduran en el tiempo con la constante interrogante de si se volverá a repetir. 6 de febrero de 1995, mientras los balnearios de nuestro país recibían la visita de miles de turistas escapando de una creciente sociedad donde el dinero es lo más importante, John Lasseter finalizaba los bosquejos de la que sería su obra maestra: Toy Story. A la par, un desconocido empresario informático creaba una de las más grandes revoluciones del campo; Windows 95 era el puente fácil entre la computación y el usuario; la historia de Bill Gates se empezaba a escribir. Pero en Reino Unido se editaba una piedra angular en el sonido shoegaze, que día a día da cátedra a emergentes proyectos que no logran superar la creatividad mínima a la hora de componer música: Pygmalion de Slowdive.
28 de marzo y el mundo en el que vivimos estéticamente parece opuesto, pero esencialmente es el mismo. Toy Storya afina detalles de cara a su cuarta entrega; Gates se estanca al momento de concebir un futuro más allá de un simple pensamiento y Slowdive, finalmente sella su retorno. El conjunto oriundo de Reading editará el 5 de mayo su trabajo homónimo.
¿Sonido? Shoegaze clásico; oscuro, reflexivo, como si resumiera un día invernal, lluvioso, tempestuoso. Un universo con vida propia y que espera por ser descubierto por unos atentos oídos hipnotizados por verde humo. Puedes escuchar Sugar for the Pill, su segundo adelanto, en este enlace.
En 2014 Slowdive, catalogado como unos de los principales exponentes del dream pop y shoegaze, regresaron tras veinte años de silencio, en el marco del festival español Primavera Sound. Luego de esa presentación, el grupo continúo su agenda en vivo, actuando en teatros y clubes europeos.
“Para nosotros fue una lección en la industria de la música, solo éramos chicos, y leíamos los periódicos y creo que al inicio era muy desalentador ver las malas reseñas, después nos dimos cuenta de que no era tan importante. El grunge y el britpop llegaron, creo que la prensa británica había ya superado al shoegaze y nuevas tendencias musicales continuaban llegando, creo que el shoegaze fue marginado de la ecuación”, explica el conjunto a Indierocks sobre su problemáticos inicios; su álbum debut contó con ácidas críticas.
“Las canciones que trabajamos para Souvlaki eran inicialmente ideas. Yo tocaba por periodos estrictos de 10 minutos, mientras que él [Brian] manipulaba el sonido, cuando el tiempo terminaba deteníamos la cinta y empezábamos otra idea. Creo que el punto era capturar algo y después continuar. Una vez que teníamos unas dos horas de música, nos dedicamos a las partes más interesantes y las intentamos llevar más lejos. De esas sesiones obtuvimos dos temas del álbum” (‘Sing’ y ‘Here She Comes’)”, agregan sobre su segundo paso: un registro producido por Brian Eno.
Por estos días, el colectivo británico afina detalles de cara a la edición de su nuevo álbum, uno que se gestó tras su retorno a los escenarios en Primavera Sound, y que cuenta ya con varias grabaciones: “[…] entramos a un estudio y grabamos, luego nos dimos un tiempo y regresamos de nuevo al estudio. Ahora Neil tiene los archivos de todo lo que grabamos en 2015; ya todo está grabado, pero quiere ver qué más meter entonces no sabemos a qué terminará sonando, aunque te aseguro que se escuchará a Slowdive. Neil escribió unas canciones muy hermosas. De cualquier forma, las mantendremos en secreto hasta que todo esté listo para compartirlas con toda la gente”, relata Simon Scott a Vice.
En nuestro país debutarán en el festival Fauna Otoño. Entradas a la venta vía Puntoticket.