Luego de extensos meses en los que -obligatoriamente- nos hemos acostumbrado a las nuevas formas de interacción, o quizás más ampliamente, nos hemos inmiscuido en la realidad digital como extensión de la vida en sociedad; pretender categorizar esta experiencia es algo que queda a criterio personal. Sin embargo, ante el adverso escenario que hemos sido testigos y la vida en formato streaming, es que el festival In-edit no se queda atrás y también apuesta por una edición 100% diferente.
La decimosexta edición del festival cinematográfico y documental musical nos sorprende con una versión online que podrá ser disfrutada en todo el territorio nacional. Una jugada que lejos de transformarse en una en una respuesta al contexto, se transforma en una oportunidad de inclusión a todas, todes y todos los fanáticos más acérrimos de la escena melódica de todas las regiones del país.
What’s the story? Es la definición del carácter de In-edit, una frase que nos remonta al “Morning Glory” de los hermanitos más peleadores de la escena británica. Pero ¡NO!, esta vez no es esa historia la que articulará el festival, sino que esta versión apuesta de sobremanera a ensalzar el sentido a la premisa de que la música tiene el poder de transformar vidas. Es por esto que la edición 2020 apuesta por ampliar las fronteras geográficas, cinematográficas y los mismos estándares del festival, puesto que este año se han agregado nuevas actividades por medio de In-Edit Pro, el cual constará de variados conversatorios que tendrán a brillantes figuras del arte y cultura como Sebastián Lelio, Nicole Kramm, Carlos Cabezas, Marialy Rivas entre otros.
En cuanto al Line-up, este cuenta con una sólida selección de documentales internacionales que juegan con una potente versatilidad entre el rock más clásico hasta la más insana electrónica. Mientras que en cuánto a la competencia documental nacional apuestan por una innegable reivindicación de la cultura musical chilena; ya que comprendiendo lo anterior, los largometrajes que se presentarán transitan desde el trap hasta la identidad sonora mapuche, pero también agregando una variable más a la ecuación, como lo es la transgresión sin límites que tiene la educación y la música en contextos de neurodivergencia y discapacidad.
En relación a la competencia de cortometrajes, ésta categoría sorprende también por la elasticidad de la selección en competencia, puesto que abarca clásicos de la cultura del hip-hop, y sí, nos referimos a Makiza: Hijos de la rosa de los vientos. También encontramos Cometa, un documental que se articula en los años 80, década en la que los registros históricos de ese entonces, hoy se transforman en verdaderas joyas casi imposibles de preservar. Finalmente, el último corto en participar está en manos de José Quilapi, un tenor mapuche que muestra su vida y existencia desde las más profundas resistencias.
Puedes revisar la programación y organización completa del Festival haciendo click acá. Los valores del los abonos de esta edición oscilan entre los 6000, ticket que da acceso completo a todos y cada uno de los documentales, cortos, videoclips, estrenos que se rodarán este año. Pero también está la posibilidad de acceder a la función que desees por solo 3000. ¿Te lo pierdes?… Cancha General ¡NO!
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