Por Lily Molina
La banda sonora de una película es parte fundamental de una obra cinematográfica. Aporta emoción, matices en el desarrollo del argumento, apoya con las distintas sensaciones que pueden sentirse en alguna escena; alegría, tristeza, suspenso. Y no es necesario construir una pieza que excelsa técnica para lograr eso, porque es cosa de observar cómo genera tensión a Halloween la música compuesta por John Carpenter por ejemplo. Y en relación al método, también es frecuente el uso del efecto “tono de Sheppard”, donde se utilizan varios tonos separados por una octava, siendo el primero el que va desapareciendo, mientras que el segundo se va incrementando, con un último haciéndose audible casi al final, donde la idea es crear un loop infinito. De esta forma se genera un tremendo ambiente de tensión, algo usado por el compositor fetiche de Christopher Nolan, Hans Zimmer. Otro de los músicos históricamente destacados en esta área ha sido el genio John Williams, capaz de crear piezas que son imposibles de olvidar, quedando en el inconsciente colectivo para siempre, como lo son los temas de Star Wars o Superman.
Un gigante de la música, creador de la banda de rock industrial, Nine Inch Nails, Trent Reznor, también ha tenido un vínculo con el mundo cinematográfico. Y su acercamiento con el cine sería a través del director David Lynch. En realidad, por años Reznor trató de comunicarse con el cineasta para ver si podía dirigir alguno de sus videoclips, pero nunca se concretó algo. No obstante, el video de “Came Back Haunted”, sencillo del disco Hesitation Marks del 2013 fue dirigido por Lynch. De todas formas, en los 90’s el multi instrumentalista intentó comunicarse muchas veces, pero después de su trabajo en la película “Natural Born Killers” (1994) de Oliver Stone, fue el mismo Lynch el interesado en trabajar con Reznor para que hiciera lo mismo que en el filme de Stone en Lost Highway (1997), como también componer música original para su película. La genialidad de ambos se unió y salieron los temas “The Perfect Drug” y “Driver Down”. Al final Trent produjo y montó el álbum del OST.
Cuando Reznor aún no se introducía de lleno a la composición de un OST, innovó en éste ámbito, sugiriendo ideas como querer convertir la banda sonora en un collage de sonidos, hacer ediciones, agregar diálogos y hacer algo distinto en vez de llegar y poner música que ya existía. En este tiempo, Reznor colaboró con algunos temas, como lo hizo en Lost Highway, en Natural Born Killers con “Burn”, y otros tracks que aparecen en otros trabajos cinematográficos como el remix de Closer en Se7en (1995) de David Fincher o el cover de Joy Division, Dead Souls en The Crow (1994). El 2001 igual, Reznor fue consultado por el director del videoclip de “The Perfect Drug” y “Closer”, Mark Romanek, para proveer el OST a la película One Hour Photo, pero la música no se ajustaba al filme en realidad y no fue usada. Y todas esas composiciones fueron parte después del disco Still, donde se incluye la depresiva “Something I Can Never Have”, usada en Natural Born Killers, la que calza perfecto con el argumento.
The Social Network
Y el camino al éxito en la composición de música original para una película comenzó cuando colaboró, junto a su compañero de How to Destroy Engels, Atticus Ross, con David Fincher. Se trataba de la película The Social Network, sobre la fundación de la red social Facebook y cómo Mark Zuckerberg se transformó en un billonario accidentalmente. Reznor en su momento comentó: “cuando leí el guión y me di cuenta para donde iba le dije adiós a mi tiempo libre que tenía planeado”. El OST debía servir para retratar a este joven genio de las ciencias de la computación, que fue capaz de conectar a millones de personas, y hacer algunos enemigos en el camino. Una historia realmente fascinante y compatible con la estética del material de Trent Reznor.
Teniendo en cuenta la complejidad del protagonista del filme, para este trabajo, Reznor quiso explorar con otros sonidos. Algo más electrónico, con un sonido “imperfecto”, no tan limpio y digital, así que se ocupó un instrumento algo peculiar para este caso, el swarmatron, donde no es fácil armar una melodía. Se necesitaba ese elemento análogo para crear el ambiente necesario. Y así se puede ver en los 19 tracks que componen el OST de la película, pero además de este trabajo original creado por el dúo Reznor-Ross, hay algunas canciones que aparecen como “Ball and Biscuits” de The White Stripes, al inicio, como también “Baby, You’re a Rich Man” de The Beatles, al terminar el filme. Es música incidental oscura, que recuerda mucho al disco Ghost I-IV, donde también participó Atticus. De hecho, uno de los tracks de éste último (14 Ghost II) está reelaborado en esta banda sonora (“A Familiar Taste”). Uno de los temas también, el célebre “In the Hall of the Mountain King” de Edvard Grieg, se les ocurrió incorporarla por el evento de remo Henley Royal Regatta, y era una canción que combinaba con el estilo de era Edwardiana. Fincher sugirió usar una versión del renombrado músico Wendy Carlos del tema, lo cual, curiosamente, lo hizo trabajar como cuatro semanas en la versión a Trent.
“Hand Cover Bruise” comprende una genialidad absoluta. Los violines espasmódicos y distorsionados que componen el centro de la pista representan las emociones ambivalentes de la mente cuando se da cuenta de que algo enorme está por surgir, como la idea de una red social perfecta que tiene un potencial indescriptible. Esto por la alegría de tener una idea que involucra un conflicto con la ansiedad de llegar a el sin encontrar problemas en el camino. Casi todo el álbum suena de la misma manera. Es hipnotizante. En algunos momentos se siente todo muy introspectivo. Aquí no hay voces, es solo música ambiental, como la que ha hecho para The Girl with the Dragon Tattoo o Gone Girl más adelante, pero lo que provoca Reznor es impresionante. Se siente entre nostálgico y esperanzador. En la escena donde aparece este track, Mark va caminando desde el pub hasta su dormitorio en un frío y nublado campus en Harvard. Y no se imagina lo que le depara, lo que está a punto de crear, y que está a un paso de dar vida a una obra maestra.
Otro tema, muy pegajoso y que pareciera sacado de algún videojuego es “In Motion”. Es inspirador. Es como si te incitara a crear una página e innovar en las nuevas tecnologías. Mark está ad portas de desarrollar la red social más usada del mundo actualmente. En realidad en esta escena está creando Facemash, una plataforma donde, luego de hackear la base de datos de sus compañeras para robarle sus fotos, compara y califica su atractivo. De todas formas suena muy inspirador y motiva a cualquiera a querer programar.
¿Y por qué este OST ganó una estatuilla de la Academia? Es evidente que suena distinto a lo que estamos acostumbrados a oír en una película. No podía ajustarse mejor a este trabajo de David Fincher. Representa perfectamente lo que se muestra en cada escena. Podía verse difícil escoger entre la banda sonora de Inception, con Hans Zimmer y ésta, pero el debut propiamente tal para Trent y Atticus era merecedor del Oscar.
Before the Flood
El año pasado National Geographic presentó un documental sobre el cambio climático, producido por Leonardo DiCaprio y Martin Scorsese. Es un tema que no puede estar más en boga, por todo lo ocurrido con la salida del “Paris Agreement” de Estados Unidos gracias a Donald Trump. Los deshielos son cada vez más significativos, existe escases de comida en países pobres y la polución parece no tener límite. Este es el escenario donde artistas como Mogwai, el otro ganador del Oscar por Brokeback Mountain y Babel, Gustavo Santaolalla y Atticus Ross con Trent Reznor prepararon la música para este proyecto. Llega a ser tan profundo todo, que tracks como “A Minute to Breath” nos hace cuestionarnos nuestra existencia, que pidamos perdón a la tierra por todo el daño que hemos causado y la dejemos respirar. Inquietantemente bello.
Y sobre el futuro de Reznor en el cine, además de sus participaciones en series como Twin Peaks, según lo que ha comentado, está abierto a trabajar con otros cineastas además de David Fincher, el único director con el que ha colaborado como compositor, (sin contar el mencionado documental). “Estoy abierto a cualquier posibilidad… crear OST surgió de manera inesperada. Siempre fue algo en lo que estuve interesado y fue realmente una buena experiencia y he aprendido mucho” explica Trent. Ha sido una búsqueda y dedicación a la excelencia sin concesiones.