Lograr dar un golpe en la industria musical es algo bastante complicado; aún más lo es hacerlo con una nueva fórmula sonora, introduciendo un concepto totalmente rupturista. Año 1985 y un enigmático álbum llegaba a tiendas: su nombre We Care a Lot, su crítica disímil. Algunos medios lo tildaron de un revoltijo sin sentido alguno, otros simplemente dijeron que era “un lujoso matrimonio entre el metal y la música bailable que no le debía nada a nadie. La historia le dio la razón a esta última crítica, y el debut en el estudio de Faith No More se convirtió en una pieza clave de la música de los ochentas, aquella nutrida por una infinidad de experimentación. A más de tres décadas de dicho lanzamiento, el conjunto oriundo de San Francisco reeditará la citada producción.
El lanzamiento estará disponible desde el próximo 19 de agosto a través de Koolarrow Records, el sello dicográfico del bajista de la banda Bill Gould. El álbum —que no se ha visto afecto a trabajo de reedición alguno— considera nueve bonus tracks que comprenden demos, grabaciones en vivo y actualizaciones de las canciones originales.
“Hubo un par de razones por las que decidimos lanzar esto ahora: en primer lugar, ha sido 20 años desde que ha estado disponible comercialmente. En segundo lugar, cuando hacía la limpieza de mi sótano, descubrí las bobinas maestras originales, y a todos nos pareció que resucitar esto desde las cintas originales sería una gran manera de reintroducir ‘We Care A Lot’ en el mundo. Por último, este ha sido un esfuerzo de la banda; estamos lanzando esto en la misma forma que lo grabamos, decidiendo todo entre nosotros y teniendo nuestras manos en los tornillos y tuercas… al igual que solíamos hacerlo”, explicó Gould a Pitchfork.
En un comienzo, algunas de las canciones del álbum origina, fueron grabadas sin el respaldo de un sello discográfico, sin embargo, Faith No More llamó la atención de Ruth Schwartz, quien aquel entonces estaba creando su propio sello, Mordam Records. Luego de tener el dinero suficiente, Faith No More empieza a grabar el álbum, siendo su primer disco oficial y a la vez el de Mordam Records. El álbum estuvo disponible como Vinilo y casete.
Llama la atención además, que esta producción no contó con Mike Patton en voces. Chuck Mosley fue el encargado de ocupar momentáneamente el lugar que el “rey guachaca por excelencia” ostenta hasta el día de hoy.