Las grabaciones de Collapse Into Now tenían una atmósfera extraña. R.E.M. estaba componiendo con la prolijidad de siempre, pero sin la pasión que tanto los caracterizaba. Quedó de manifiesto en su gira de 2008 y aún más al momento de ingresar al estudio, momento en el que sellaron su separación: “Estábamos juntos, cuando Michael dijo ‘creo que me entenderán, necesito estar lejos de esto por un largo tiempo’. Para lo que yo respondí ¿Por que no para siempre?, Michael miró a Mills, y Mike dijo ‘suena bien para mi’ de esa manera lo decidimos”, explicó Peter Buck. Un episodio que dejó bastantes dudas en su momento, y que se han ido despejando con el paso de los años, pero que en nada ha ayudado a una reconciliación. Para mantener vivo su legado, el conjunto tras Man on the Moon, prepara una suculenta reedición, que de momento, dejará satisfechos a sus acérrimos seguidores.
Se trata del LP de 1986 Lifes Rich Pageant, la colección de rarezas editada en 1987 Dead Letter Office, y la recopilación Eponymous, publicada en 1988. Las tres producciones estarán disponibles desde el 29 de julio vía Capitol Records / Universal Music Enterprises bajo formato vinilo.
De momento, el trabajo de reedición de Lifes Rich Pageant parece ser el más interesante: él ha sido precisado como uno de los discos fundamentales de R.E.M., y además fue el primero en alcanzar la certificación de “disco de oro”. Un álbum del cual se desprenden verdaderos himnos forjadores de la música alternativa como Begin the Begin, Fall on Me, y Superman.
En tanto Dead Letter Office llama la atención por ser la primera compilación del conjunto hecha en base a lados B. En ella encontramos pequeños homenajes a Velvet Underground y Aerosmith. Eponymous finalmente es una mero “grandes éxitos”.
El origen del fin
Hace unas semanas, en entrevista con Rolling Stone, Peter Buck confesó que el quiebra con la banda tras treinta años de carrera ocurrió porque llegaron al punto en el que querían ir cada uno por su cuenta y no querían seguir haciendo canciones de veinteañeros. “Una de las cosas por las que siempre fue tan grande estar en REM era el hecho de que los discos y las canciones que escribíamos significaban tanto para nuestros fans como para nosotros. Era, y sigue siendo, muy importante para nosotros hacer lo correcto. Ser parte de sus vidas ha sido un regalo increíble. Gracias”, sentenció.
Algo que en propios términos de Buck le agradó bastante. Su ciclo había terminado y tomaron el camino correcto. No optaron por alargar una banda que ya no se sentía una banda, ni mucho menos emplearon la baja táctica de hablar mal uno de otro. Un acuerdo entre caballeros.
“No nos hemos demandando. Técnicamente, la banda se separó. Pero en realidad no lo hizo. Simplemente no estamos haciendo discos o giras. Estoy muy orgulloso del hecho de que terminamos en 2011 con los mismos ideales que empezamos en 1980. Estoy muy orgulloso de nuestro catálogo. Hay un par de discos que no son muy buenos. Pero hay un par de discos de Bob Dylan que no son muy buenos”, agregó.
El otro lado de la muralla
Por su parte Michael Stipe no se ha mantenido al margen de la música. En los últimos años ha colaborado con múltiples artistas, e incluso participó en la creación de un soundtrack. Además el año pasado realizó cuatro shows como solista en Estados Unidos. Tibios acercamientos luego de su alejamiento de la vida pública.