Dicen que lo bueno se hace esperar y creo que en el caso de “The Violent Of Mystical Sukuma” es una frase que viene como anillo al dedo. Incluso ese cover que le hicieron a Tia Carrera hace dos veranos, da entender cuáles son las principales influencias más actuales que tienen una banda como Domadora.
Lo que resulta aún más impresionante es que este nuevo álbum suene como el de una banda con mucha carretera recorrida y solo tienen 5 años desde su fundación en el año 2011. Los franceses solo tienen un propósito, hacerte volar a través de sus composiciones, algunas sobresalientes por cierto como ese arranque llamado “Hypnosys”, un auténtico depredador con unos Domadora totalmente desatados, recordando a aquellos que hicieron mella en los medios con su debut en el 2013. Una verdadera explosión sónica, llena de extensos solos y un virtuosismo instrumental por parte de esta banda que te abre los ojos con la primera bofetada transformada en una sobresaliente jam de alucine y mostrando de manera cristalina de que pasta están hechos estos tipos y de que son capaces una vez puestos en órbita.
“Indian Depression” y “Rocking Crash Hero”, son clavadas en la misma duración. La primera es un corte algo más lento, con cierto trasfondo blues, las voces entran en juego, los riffs son más demoledores y ese eco musical empieza a comerte por dentro. En el caso de la tercera pista esa clase rockera de la que hablan, viene impuesta por su guitarrista quién nuevamente vuelve a lucirse a las cuerdas. Creando un tema que va por capas, etéreo y totalmente adictivo.
En la segunda cara del disco, vemos a unos franceses mucho más inspirados, dejando las piezas más largas, mostrando un largo desarrollo de improvisación y un tema que bien puede valer como el eje central que haga girar a esta galaxia psicodélica, “Solarium”. Nunca el dios Sol dio tanto de lleno en los aposentos de Domadora, una banda que parece llevar esa fuerza astral más allá de las fronteras de Mercurio, dónde el calor es abrasivo, dónde el gran gigante de gas resplandece. Esa bola de luminosidad que gira en el medio del Sistema Solar es la única fortaleza que necesitan para ponernos en los momentos más lúcidos de Isaiah Mitchell y sus muchachos. ¿Podemos decir que “Solarium” es una de las mejores jam de lo que llevamos en este 2016? Pueden estar seguros, ya que despierta ese aire clásico de los grandes que la historia del rock ha coronado con el tiempo, con esas idas y venidas y siguiendo los patrones que marcaron esos temas precursores; inicio de suspense, tramo medio de reflexión y un final sónico que hará que esas explosiones solares caigan sobre nosotros.
El rico groove ofrecido en “Girl With A Pearl Earring” vuelve a mostrar a unos Domadora soberbios, grandes arquitectos de bellas composiciones, que ingieren ese rock adrenalítico inyectado a la vena. Capaces de crear ondulaciones esponjosas ligadas por armonías y secuencias tan agradables como seductoras. “Jack Tripping” cierra el álbum con ese amor por los estupefacientes y los grandes riffs. De hecho las grandes marcas a la guitarra por momentos suenan a los mejores Fu Manchu pero después entra el virtuosismo y la habilidad de sus componentes para llevarte a un estado de exaltación cósmica, pocas veces escuchado de manera tan gloriosa este año.
“The Violent Mystical Sukuma” es un trabajo prácticamente instrumental, salvo por algunos momentos, parece que estos músicos estén más poseídos y enamorados de su propia destreza que de poner coros a sus canciones. Un disco hecho con amor por estos parisinos, se huele desde lejos el empeño que han puesto para reconstruir pieza por pieza un redondo que muestra a una banda de recursos, capaces de poner toda la meteorología de un planeta en sus 55 minutos de duración. Cuando las voces desaparecen en Domadora todo se hace más sobresaliente y es dónde empieza a verse de lo que pueden ser capaces estos franceses con el paso del tiempo.