Hace décadas, el rock vivió su auge más sucio y agresivo en el consumo popular. A inicios de los 90s, con la llegada del grunge, la explosiva popularidad de Nirvana, y el reinado de la música alternativa, el rock recibió un aire en el mainstream como ningún otro. Junto a ello, una ola de bandas punk acercándose al público masivo.
En un par de meses se cumplirán 30 años desde la publicación del tercer LP de grupo californiano The Offspring: “Smash”. Un hito en la música punk de los 90s. Coronado como el álbum independiente más vendido en la historia. Curiosamente su último trabajo junto al sello Epitaph Records, reconocido como la casa musical fundada por el guitarrista de Bad Religion, Brett Gurewitz. Después de esta producción firmarían con Columbia Records, y abrasarían su popularidad en una racha de éxitos.
Y todo comienza en una obra de rock sucio y acelerado. Los chicos de Offspring, en sus 20s, tuvieron un contundente relación con la escena punk californiana de los 90s. Oriundos del condado de Orange, fueron una de las bandas más importantes de su tiempo y rango, con sus dos primeros álbumes: “The Offspring”, e “Ignition”. Toda energía la concentrarían en su próximo disco.
“Smash” es una obra fuertemente inspirado por el grunge. La distorsión y suciedad de los parlantes. Noodles, el guitarrista, se asegura que la guitarra consuma la vibración sobre el amplificador, con estridentes riffs de guitarras en canciones como “Bad Habit”, “Gotta Get Away” y “Self-Esteem”. Los acordes son adictivos y un claro protagónico de los mejores cortes.
Las canciones se mueven en cierta velocidad, como construidas para ser interpretadas en un bar a sobrecapacidad y gente haciendo mosh en la pista. “Genocide” es una canción construida con fuertes pulsos de batería, una línea esencial de guitarra, y la desgarrada voz de Dexter Holland. Incluso en versos en que se deja solo al bajo y la batería interactuar, es como un pequeño respiro antes de saltar a pegar unos combos.
“Self-Esteem” es uno de los mayores éxitos del grupo, con un reconocible riff de guitarra que parte con la carismática interpretación de voces que imita la melodía principal. La canción describe un tipo quien deja que pasen por encima de él, que permite que lo traten mal por su “baja autoestima”. Es un corte muy sencillo y directo, hecho en la base de la autocrítica excesiva que era común en la música noventera. Lo más icónico de la canción es la melodía de voz en el coro que toma absoluto protagonismo como uno de los momentos más importantes del grupo.
Luego le sigue quizá la mejor canción que The Offspring haya creado: “Come Out and Play”. El riff se compone de dos partes: la melodía inicial que se repite por casi toda la canción, y los punteos de guitarra de influencia “arábica”. Y el ba-dum de la batería, otra pieza memorable.
La letra describe una pelea de escolar en que dos muchachos se agarran en una pelea violenta que termina con uno de los dos muertos. “Uno de ellos va a la morge y el otro a la cárcel”. “Si tienes menos de 18 no cumplirás tiempo den cárcel”. Piezas líricas que describen una situación violenta y común. El uso de la palabra “jugar” en el título y el estribillo es un irónico recordatorio de la corrupción de la juventud.
Las canciones en “Smash” juguetean con lo normalizada violencia del momento. Letras sobre asesinatos, sobre depresión, sobre soledad. Es una narración que visualiza una generación X al borde del colapso. Parte de la magia del punk noventero fue su capacidad de equilibrar la angustia generacional que se plantó con el grunge, pero brindarle un aire acelerado y estridente para canalizarlo.
Aún con los temas presentes durante el álbum, es curiosa la versatilidad de géneros. No solo en gamas del rock, sino que de repente jugando directamente con el ska. “What Happened to You” es uno de los cortes profundos más queridos del grupo. Una canción alegre y adictiva, moviéndose en directo contraste al tono ansioso y brutal de otras canciones. Los temas de la canción describen un amigo perdido perdido en las drogas quien intenta que el narrador también caiga en la adicción. Una letra relativamente cursi, pero que hace perfecta compañía con la sinceridad del sonido ska punk.
El tercer elepé de The Offspring sería un punto de inflexión no solo para la banda sino que para el rock del momento. Subiéndose en la ola que “Dookie” de Green Day levantaría un par de meses antes, y rebotando en grupos que llegaría poco después como blink-182. El punk estaría ad-portas de convertirse en un gusto masivo. Luego de este trabajo The Offspring refinarían su sonido en algo más distintivo de la década que estaba por venir. Pero este, su último álbum independiente, sería una despedida de la escena que los vio crecer, con fuerza y pasión.
El rock no volvería a ser el mismo después de los 90s. La angustia adolescente se canalizaría en distintas formas, con la llegada de nuevo géneros, estilos y escenas, pero después de la cursilería de los 80s, los artistas se vieron a sí mismo más poéticos, más cínicos, y más mordaces. Pocos trabajos dejan el impacto que una obra como “Smash” golpea con estridente fuerza. Y a 30 años de su publicación, es claro porque sigue siendo una piedra angular del punk y el rock en general.
No se pierdan a The Offspring el sábado 16 de marzo en Lollapalooza Chile.