Innumerables, casi un sinfín de bandas han sufrido transformaciones sonoras y estéticas a lo largo de su recorrido artístico. Sin embargo, Coldplay ha adquirido un rasgo de dinamismo, como si hubieran sufrido una mimetizacion con Gregor Samsa de “La Metamorfosis”, que hace que algunos fans no dejen de fastidiarse y otros no dejen de sorprenderse (o asustarse). Esto no significa que Coldplay se ha convertido en un insecto, pero si en un ser diferente.
Hay cierto escepticismo a la hora de escuchar un nuevo disco de los ingleses, ya que desde “Viva La Vida or Death and All His Friends” el grupo comenzó la inquisición contra su propio sonido. Pero fue en “Mylo Xyloto” cuando Coldplay amaneció con otra forma dispar a lo que era. Dejaron de existir la sucesión de acordes menores en reposo y aparecieron las aleaciones simples sin ingenio acompañados por beats electrónicos, invocando una alegría utópica que no se termina de descifrar.
“A Head Full of Dreams” es la secuela de esta conversión. Totalmente sumergidos en el nuevo pop, conducido por grupos como Maroon 5, con rasgueos funky y la presencia estelar de la electrónica con ritmos house, el nuevo disco de Coldplay termina de confirmar que el conjunto británico ha decidido dejar, no solo un sonido, si no una forma de hacer música como lo es el movimiento del rock alternativo. Las razones pueden ser varias, desde la propia búsqueda de nuevos horizontes de los artistas, hasta motivos comerciales, querer llegar a un público mas joven sin componer necesariamente sinfonías para adolescentes.
Pero algo es seguro pese a toda la transformación que sufran, Coldplay seguirá estando en las grandes listas y llenando estadios de todo el mundo debido a que el publico esta en constante renovación y hay oídos para todos los sonidos. Por más que hoy se vistan con colores vivos transmitiendo mensajes de amor y hayan dejado atrás el gris londinense y las preguntas existenciales.