¿Recuerdan esas viejas, pero clásicas tonadas de las radios de hace algunos años o esos fines de semana escuchando la estación favorita de tu madre? Siendo más concretos, esas canciones con frases desgarradoras, desenlaces y decepciones amorosas, poemas en armonía de musical o bien Camilo Sesto, Sandro y Buddy Richard. Ahora imaginen: un solo con el mismo aire del rock and roll pero distorsionado a unas guitarras de banda de “stoner”, combinen lo anterior con un teclado, al más puro estilo de The Doors.
Julius Popper, esa es la mezcla perfecta que se genera de los múltiplos anteriores. Julius es una banda oriunda de la ciudad de Concepción. Ojo que algunos dicen que por el solo hecho de ser penquista, se es buena banda o buen músico. Pero este conjunto deja de lado esta idea sin justificación, dándole realce a la calidad musical. La banda está conformada Alejandro Venegas en las voces y segunda guitarra, Cesar Arriagada en la primera guitarra, Mauricio Santos en el piano, Antonio Novoa en la trompeta y percusiones; Mauricio Santos en el piano.
Muchos fanáticos ya saben la historia. Los que por primera vez escuchan su nombre, a varios lo primero que se le queda en la cabeza es el nombre. Algunos medios lo realzan como el nombre más extraño que se haya escuchado en alguna banda de nuestro país. Obviamente, el nombre es irrelevante para su sonido, pero no está demás rescatar esta anécdota que ronda por la web: Primero que todo, Julius Popper fue un aventurero al cual se le responsabiliza por el genocidio de las poblaciones indígenas Onas y Selkman. Pero esto no es lo esencial que se rescató, en primera instancia el nombre fue extraído del libro “Corazón a contaluz” de Patricio Manns, donde narra el paso del aventurero por Tierra del Fuego. Es aquí donde la historia de un vuelco, en el transcurso de la campaña de exterminio, Julius se enamoró de una joven Selkman, generando así una transmutación al amor hacia el pueblo indígena. El representante de la banda señala que eso es lo rescatable del nombre, “la otra cara de la historia”, cómo lo malo puede cambiar a lo bueno.
El primer disco es un homónimo, lanzado cuatro años después de formación, es decir, en el 2009, donde fue lanzado de manera independiente. Para el 2013, bajo Plaza Independencia, lanzan “No eres tú soy yo”. En este último se denota un trabajo más pulcro. Si bien el blues está más presente que en el primer disco, los multi-sonidos, ritmos jazzeros –del cual gran parte del sexteto es conocedor –, son la esencia principal al momento de escuchar cada canción. Ambos discos son de gran connotación y de gran desarrollo musical.
Ya se habla del tercer álbum, pero antes de eso, hace un par de años atrás, Julius Popper se está tomando las calles de Santiago, dejaron su hogar para llegar a la gran capital. Los hombres tras “La Innombrable” son de esos que pocas veces se ven, con un par de shows ya dejan a cualquiera descolocado y con ganas de más, algo así como esos milagros que ya no existen en este siglo. Es por lo mismo que Santiago ya se hace chico, y se está comentando su consecuente internacionalización. Cosa que sienta bien a toda la expectativa que se tiene sobre ellos, en primera instancia son, como lo dice la prensa especializada, “el último grito del rock penquista” y lo más probable es que sean el nuevo del rock chileno.
Se denota la vanguardia en su música, son géneros creando géneros, sus canciones, incluso sin saberlas, son recuerdos de antaño que hacen reflejar un futuro nuevo, esa es la esencia de Julius Popper, la re-inversión de lo que para algunos está obsoleto, para Julius está más vivo que nunca; blues, jazz y sobre todo, lo que tanto anglo grita que no existe, rock and roll.