“Debería robárselos”, decía David Bowie en 2013 al escuchar parte de Reflektor, el en ese entonces “disco en proceso” de Arcade Fire. Tanto fue su entusiasmo al escucharlo que sin mucho titubeo y trámite accedió a participar en él, algo que a verdaderas instituciones de la música parecía imposible: Coldplay, Foo Fighters, y Red Hot Chili Peppers intentaron en innumerables ocasiones contar con el Duque Blanco en alguno de sus registros, él siempre respondió negativamente esgrimiendo argumentos donde la calidad jugaba un rol clave. No debieron pasar muchos meses para que su entusiasmo se tradujera en una predicción; su cuarto álbum fue elegido por los seminarios más prestigiosos como el mejor del año, sus ventas se dispararon, y el conjunto canadiense pasó a ser protagonista en cuanto festival pisase. Casi tres años desde dicho fenómeno y Will Butler y compañía ya trabajan en su sucesor, uno que como bien podríamos deducir tiene una vara más que alta que superar.
Jeremy Gara, baterista del colectivo, dio algunas pistas de cómo se desarrollan los trabajos creativos en entrevista con el medio francés Le Devoir. “No tenemos un calendario todavía. Todavía estamos esperando qué es lo que vamos hacer de manera concreta los siguientes meses. Desde el otoño pasado hemos estado grabando. De hecho, aún lo hacemos. La gente tiene muchas expectativas cuando se trata de Arcade Fire, pero a pesar de eso, estamos tratando de tomarnos todo el tiempo posible. Tenemos canciones, muchas ideas, pero aún no tenemos un sonido definido o una dirección”, enfatizó.
Un proceso que podría extenderse por varios meses, incluso bordeando años, un sello inconfundible de Arcade Fire: tomarse con calma sus grabaciones, concretarlas sólo cuando así lo sientan, y darse el lapsus necesario para armar los bosquejos sonoros de la mejor forma. Un proceso que el mismo James Murphy vivió en primera persona en Reflektor, visitando varios estudios de grabación alrededor del mundo.
Condimentos especiales para este venidero álbum hay de sobra: Régine Chassagne fue madre, Will Butler consecuentemente padre, y Win Butler se aventura en el underground con una música que día a día gana adeptos. Junto con ello el inicialmente citado David Bowie —una influencia permanente en el conjunto— falleció a principios de año, siendo homenajeado por Arcade Fire varias veces.
Esta banda de seis piezas, provenientes de Canadá, ha ganados dos Brit’s Award, dos Grammys y ha editado tres discos en los últimos diez años. Su álbum “Funeral”, editado el 2004, fue nominado a un Grammy por Mejor Álbum Alternativo del año. El disco también, cerró la década siendo escogido por la Revista Rolling Stone como el álbum # 1 de los ’00s. También fue señalado como el Mejor Álbum de la Década por publicaciones como NME, Q, Pitchfork, The Guardian y Mojo.