Fuera de Tame Impala hay todo un universo musical. Y es que básicamente todos sus componentes han iniciado proyectos aledaños o incluso bajo su propio alias, siendo GUM uno de los más longevos. Liderado por Jay Watson, esta banda se enfoca en sonidos eléctricos en un lenguaje pop, transitando por múltiples pasajes: coqueteos con Prince, Genesis, Kraftwerk e incluso Chemical Brothers. Dos discos en su historial, que el próximo 11 de noviembre celebrarán la llegada de su tercera cosecha.
Flash In The Pan es el nombre de la nueva aventura en el estudio del multiinstrumentalista australiano, la primera desde 2014. Considera 12 canciones, de las cuales sólo alcanzó a revelar Gemini, pieza que nos transporta a una realidad paralela al ritmo de sofisticados arreglos e hipnóticas voces siempre con un enfoque espacial.
“Fue la primera canción que grabé para el álbum, y es probablemente la que más ‘naturalmente’ se dio. No soy un fan de los signos ‘cómicos’, pero trata sobre la gente contemplado las cosas que suceden en su vida como la religión e interacciones más allá de la razón. Yo también soy un ‘Gemini’, ahí está la dualidad bipolar por lo demás”, explica Watson.
Un paso más allá de la línea creativa que venía siguiendo, pero respetándola al mismo. tiempo. “[…] es más una asociación de las personas que glorifican a los que están mentalmente enfermos, ya sea por drogas, alcohol o escándalos. Pueden ser actores, músicos o celebridades en general. Es una burla a quienes dicen ser un adicto es la onda”, comentó en Indierocks sobre Delorean Highway, su última entrega.
“La transición de sonidos fue muy natural y es una pauta para lo que sigue. Me gustaría seguir un estilo sesentero y psicodélico para el siguiente álbum, aunque también quiero hacer un disco doble, algo de música trap o house. Incluso me gusta mucho el nu metal –el nuevo disco de Deftones me parece genial–. Por eso quiero hacer cosas más extremas y exageradas, algo que a los críticos no les gusta”, agrega.
Repasa además su forma de componer, una improvisada, lejos de parámetros determinados y exigentes sesiones en el estudio, pop en su estado más puro afirma: “Usualmente empiezo a componer en mi cuarto. Invento cosas en la ducha o cuando camino en la calle, más que nada en trayectos, ya sea en tren o en avión. Tomo muchas notas sobre acordes, de un solo de guitarra o de la presencia de sintetizadores o sampleos. Antes que nada, quiero hacer canciones pop con melodías fuertes sin tomar en cuenta tanto la letra. No soy letrista ni escritor, así que las letras son muy vagas. Las canciones son historias de otras personas y están hechas desde un punto de vista frustrado. Todo es un desahogo de mi día a día y le pongo mucho más énfasis después a la melodía y a los arreglos”.