Con dos álbumes en mano, el artista chileno de 23 años Tomás Badilla deslumbra versatilidad en su espectro musical. El nombre de su proyecto solista con el que nos deleita es Bdilla, con el que lanza su tercer LP “ALFT4”, en donde explora su hipnótico lenguaje que ronda desde el EDM hasta vetas de la electrónica chill, componiendo un álbum no sólo hipnótico sino que atmosférico e increíblemente magnético. Bajo este contexto es que conversa con CanchaGeneral, entregándonos los fundamentos conceptuales y musicales propios de su propuesta solista.
Lo que primero sale a flote en su narrativa, es cómo empieza su historia personal con la música. Data de sus años escolares, “cuando iba en sexto básico empecé a escuchar música pesada, Metallica y System Of A Down, obviamente como niño quería ser como ellos y tocar sus canciones y todo lo que eso conlleva. Al pasar el tiempo me fui metiendo mucho en el mundo del metal pesado que se mezclaba con hardcore (Deathcore y sus ramas)” cuenta el artista. De esta forma, gesta sus bandas incipientes mientras “como el meme de los metaleros que escuchan pop a escondidas se convertía en algo real en mí, entonces, empecé a escuchar mucho pop de niño, hasta el día de hoy soy muy fan de Britney.“
Bdilla entra en Composición Musical en Projazz el año 2016, y es de esta forma su “mente dio un giro y empecé a encaminarme mas hacia el R&B y Neo Soul, en la medida que iba entendiendo la música y la podía estudiar, desde ahí en adelante empecé a estudiar piano por mi cuenta y me di cuenta que la producción era algo que se me hacia fácil y me gustaba, llevo grabando desde la casa desde que tengo 14 años aproximadamente” nos explica respecto de la autogestión que lo caracteriza como artista. Entre estudios y formación autodidacta, Tomás ha podido colaborar de manera formal con artistas nacionales que se alinean con sus propias sensibilidades, además de participar hoy en la banda nacional Sin Órbita como tecladista: “he podido conocer mucha gente dentro del ambiente urbano, toqué en la banda del artista Cristian León y he podido colaborar con artistas como Rosa Del Nilo, Fuegozs y Matiah Chinaski.“
Si hablamos de referentes para su música, entre lo musical y no musical que lo han influenciado, podemos aseverar que sus referencias son “súper amplias, en mi música como Bdilla predominan mucho sonoridades como las de XXYYXX, Flume, Sango, Ta-ku incluso The XX. Hay muchas sonoridades que también he ido interiorizando con los años desde muy niño, soy muy fan de Star Wars y siempre que escucho algo del compositor John Williams ahí se me ponen los pelos de punta” cuenta sobre sus experiencias de niñez y adulto. Respecto a cómo la producción de otros artistas influye en su trabajo, explica que le “gusta agregar técnicas de producción que usan muchos artistas pop del momento, y en los últimos dos años he escuchado más que nada Billie Eilish, Ariana Grande y Dua Lipa, siempre que puedo agregar algo que me gusto de sus trabajos, lo hago.”
Con esta versatilidad de influencias y trabajos en su catálogo, Bdilla compone un álbum que en sí mismo es autogestionado, siendo éste su tercer álbum de manera independiente. “Creo que a lo largo de los años uno se termina acostumbrando a trabajar con lo que tiene, el proceso de composición de ALTF4 fue super raro, porque no lo tenia planeado como otros lanzamientos” cuenta el músico chileno. Sobre la autogestión como tal, Tomás tiene una positiva impresión del DIY que se da gracias al alcance del internet, siendo una excelente oportunidad para músic@s nuevos en el circuito. “Lo de ser autogestionado hoy en día es un trend super común y es muy bacán que más artistas se están atreviendo a adentrarse al mundo de la música desde sus casas, o desde la casa de algún amigo. Es bueno poder hacer cosas por sí mismo sin depender de productores grandes que a veces muchos no tienen el dinero para pagar o de alguna institución educativa que te enseñe, hoy el internet te da todos los conocimientos si uno sabe buscar y le pone empeño al estudio” nos detalla sobre esta experiencia.
Si nos vamos a su reciente lanzamiento, “ALTF4” es un álbum en donde Bdilla despliega todas sus armas musicales en un relato potente y conciso, mezclando su propia propuesta y lenguaje con algunos recursos que datan de su formación profesional, navegando entre el EDM y electrónica más chill, componiendo un álbum no sólo hipnótico sino que atmosférico e increíblemente magnético. “Me atrevería a decir que el disco cuenta mi sentir a lo largo de los meses, cuando lo escucho inevitablemente me veo en ciertas situaciones lo curioso de esto fue lo inconsciente llegar a ese punto” relata el compositor, productor y beatmaker de Santiago respecto de la dimensión emocional de su álbum. En los aspectos más técnicos de este disco, su objetivo principal fue “poder mezclar un mundo más caótico donde todo se mueve más rápido y es más repentino con una especie de estado de tranquilidad, es por eso que el uso de sintetizadores en los primeros 4 temas es más brusco que en los siguientes 5 que son más sutiles en su sonoridad general.“
Cuando hablamos de larga duraciones o lanzamientos más cortos, el artista expresa su interés por la experiencia narrativa e inmersiva de un disco: “me gusta mucho mirar los EP o álbumes como una experiencia completa ya que siento que eso los convierte en un trabajo íntegro, si no a mi parecer se traducen a una compilación de temas sin un hilo conductor. Eso fue algo que me quedo muy guardado al momento de terminar mi carrera profesional, ya que la música es un discurso y una forma de ver los álbumes o EPs, así es verlos como un gran discurso con diferentes secciones y por lo que he estado revisando en lanzamientos más actuales es que eso se ha dejado un poco de lado y se llevó a un mundo de singles, lo cual no es malo, pero no es lo mismo.“
Este es un álbum que representa el lenguaje artístico del proyecto solista de Tomás Badilla, ya que como nos cuenta “en los últimos meses entre los trabajos que he hecho a otros artistas y mi música creo que he podido llegar a encontrar mi propio lenguaje donde me gusta añadir elementos de la electrónica en contextos que quizás no son muy comunes, así también como instrumentos que se asocian con música de cámara u otro tipo de mundos. Es una sensación súper bacán cuando ya te encuentras en un lugar cómodo desde donde puedes tirar ideas sabiendo que elementos quieres usar y cómo los vas a usar, eso sí estoy dispuesto a seguir evolucionando ese lenguaje y no quedarme con lo que tengo por siempre, porque también hay una magia en descubrir cosas nuevas.“
Si pensamos en lo que sigue post-lanzamiento de “ALTF4”, al músico chileno le gusta distanciarse y buscar nuevas proyectos y “estudiar lo que vaya encontrando interesante así puedo aplicarlo en un siguiente trabajo. Esto mientras sigo colaborando con artistas con los que coincidimos en muchos aspectos musicales, ahí puedo ir probando con ellos lo que vaya aprendiendo y sugiriendo cosas nuevas. Creo que la mayor parte del aprendizaje de encontrarte como artista es trabajando con otros, porque tienes distintas miradas a lo que propones y es una experiencia super enriquecedora, también me gustaría en un próximo trabajo poder cantar, es algo que me gusta pero me falta estudio” explica Tomás. La experiencia en vivo también es algo que queda en pausa para tod@s, pero Bdilla aún no encuentra “el formato ideal para convertirlo en la experiencia que yo me imagino, siempre he querido que las visuales sean una parte importante de un show ya que te ayudan a ambientar el lugar donde toques y establece un mood.” Hay otras disciplinas que también se puedes incluir en esta experiencia 1:1 post pandemia, y a Tomás le “gustaría que hubiesen bailarines donde todo sea expresión corporal al máximo nivel, así como en la consagración de la primavera de Igor Stravinsky, quedo loco” nos cuenta por mail.
Dejamos la invitación para sumergirse en el nuevo álbum de Bdilla “ALTF4”, lanzado el 4 de junio de forma independiente, el cual se siente como la evolución orgánica de la carrera musical de Bdilla, tocando un terreno que evoca la madurez y convicción de este bello manifiesto y tercer disco.