La producción festivalera de Fauna se ha hecho presente desde tres ángulos claros: lisergia, post rock y electrónica, cada edición, ya sea la primaveral o ésta la primera otoñal nos asegura que al menos una banda cubra cada ángulo. En su mayoría apuntan por bandas de público certero rondando entre los platos fuertes y los actos intermedios. Beach Fossils se integra en la primera edición del Fauna Otoño como un segundo ataque desde la misma productora que los trajo la vez anterior, el día de ayer la visita no era ciega para la banda, las expectativas de ambas partes estaban cubiertas por un familiar lazo.
Fue entonces el segundo acto del escenario House Of Vans- escenario que se posicionaba como eje en el Espacio Riesco- sucesión de los nacionales Trementina. La acogida como ya esperábamos fue muy cercana, y como es tradición en los festivales estacionales Fauna las bandas ayudan a disponer sus propios instrumentos sin necesidad de completar el mito pre show. El joven cuarteto neoyorkino no duda en hacer su dulce comienzo uno encabezado- y el set en su mayoría- por el “Clash The Truth”, haciendo una secuencia ininterrumpida de “Generational Synthetic” y “Shallow”. Comienzan con agilidad y carisma para enfrentar sus más enérgicos temas quizás, que vuelven desde aquel 2014, envolviendo el dream pop anestesiado de patrones azucarados.
La pausa y el saludo correspondido se hace justo antes de “Youth”, el cual nos entrega lemas que pueden describir lo vivido en su presentación “…I don’t just what I feel, but I feel it all tonight…”. Aquel álbum debut aparece más tarde con “Vacation” por ejemplo, cerciorando a los antiguos receptores de entradas más nostálgicas que nos devuelven los 7 años que hay entremedio, álbum lanzado por lo demás el mismo año que el “Innerspeaker” de los famosos australianos multicolor.
Una de las entregas rescatables de lo vivido en Fauna es por ejemplo la combinación “Silver Tongue” extraído de su ingenioso proyecto protesta a Trump “Our First 100 Days”. Éste proyecto apuntaba a lanzar una canción de algún artista durante los primeros 100 días de la presidencia de Donald Trump, recaudando fondos para beneficiar a víctimas de políticas integradas en su presidencia, ya sea de tipo climático o para apoyar al movimiento LGBTQ. Aparte de presentarse como una melodiosa y dócil canción, esconde aquellos importantes y contingentes derechos por los cuales los neoyorkinos intentan rescatar.
Podemos aseverar que la velada encarnada por Dustin Payseur, Jack Doyle Smith, Tommy Gardner y Tommy Davison fue una que completa los deseos de aquella anestesia azucarada y apacible, haciendo de Beach Fossils una banda que suena excelente en vivo. Las escapadas somníferas en el mejor sentido de la palabra se resuelven como aquellas que dejan flotando a sus receptores en una nube de azúcar que te acoge. Podemos ver que a ratos comprometen su dulzura hacia pasajes más frenéticos convirtiendo pasando de los analgésicos al éxtasis, aún así en una pista de calma positivista como diciéndonos que todo estará bien.
Una vez más nos presentan un show de dulzura máxima acercando su natural carisma hacia sus receptores entregándoles ellos mismos el setlist por ejemplo. No podríamos aseverar que es una velada que pretendía exponer su nuevo material a plena luz del día, el cual por lo demás se lanza el dos de junio y despliegan sólo “Be Nothing”, gesto que nos parece bastante acertado, ya que deja esperanzas para un tour sudamericano a favor del “Somersault”. Una suave y dulce lisergia que se muestra efervescente y conciliadora, sueños de dulzura honestos atmosféricos capturando lo etéreo y azucarado de una propuesta familiar y resistente.