Claire Cotrill subió al Acer Stage a las cuatro y media de la tarde, mientras Los Tres seguían haciendo lo suyo en uno de los escenarios principales. Sin duda el show de Clairo era de lo más esperado del line up de este año, una artista en ascenso que encuentra su público en los más jóvenes del festival, los mismo que la conocieron cantando frente a la webcam de su computador hace poco más de un año con “Pretty Girl”, himno del bedroom pop que nació y sigue cultivándose en YouTube y cuyos algoritmos indescifrables han llevado a ciertos proyectos a destacar.
Pero ese minimalismo e intimidad que caracterizan al género, se convierten en un desafío cuando toca plantarse sobre un escenario y satisfacer a un público masivo.
Lo de Clairo la tarde de ayer en Lollapalooza fue un show parejo y sin más puntos altos de los que se podían esperar. El problema, sin embargo, también recae en las canciones, ya que no son capaces de generar variaciones en la performance de Claire y terminan casi igual a como empezaron, víctima injusta de llevar el lo-fi a grandes escenarios.
Los mejores momentos del show son cuando Clairo mete mano a su faceta más derechamente pop, con “Drown”, “4EVER” y “Pretty Girl”. Son en estos momentos cuando encuentra más libertad vocal, se mueve más por el escenario y genera una mejor conexión con el público. Nota aparte el gran momento que se vivió cuando en esta última canción subió a una fan que había conocido el día anterior que la esperaba fuera del hotel haciendo una versión del tema en saxofón y que, coincidentemente, calzaba con la estética de la banda sobre el escenario, como si fuera una música más de la banda original.
Tampoco la banda destacó, principalmente porque… no tenía cómo hacerlo. El minimalismo de las composiciones derechamente anuló la capacidad de cada uno para hacerse notar, cosa que tampoco ayudó a luchar contra lo predecible de la hora que duró el show. Se hubiera agradecido cualquier intento por combatir esto.
Todo esto viene de un autor que esperaba ansioso ver cómo Clairo adaptaría sus canciones a este Lollapalooza, canciones que funcionan excelentemente en el streaming, pero se encontró con un show poco elaborado y con un minimalismo que no calzaba con el lugar. Incluso en las visuales, que fue una estática ilustración de su nombre.
Pero tal vez es esto lo que hace que Clairo haya sido un show muy valorado por el público, la horizontalidad entre ellos y el artista. La idea de que todos podemos ser ella, y que no es necesario ser un músico virtuoso para llegar a dónde ella está, y parece ser que eso fue lo que se celebró en el debut de la estadounidense por estar tierras.