Carlos Basso, autor nacional de la Región del Bio-Bio, entrega una nueva pieza en su trilogía de crimen y suspenso precedida por “Código Chile” y “Código América“. Bajo el alero de un protagonista melancólico y dramático de nombre Alberto Prat, el ex-sacerdote ficticio se enfrenta a una aventura hilada en conspiraciones, atentados, asesinatos y misterio. Una obra que mezcla elementos verídicos —bañados asimismo de dramatismo literario— y una historia de gigantesco peso mundial, moviendo sus personajes entre los hemisferios para desenmascarar el oscuro asesinato de un magnate sudamericano.
La obra cuenta con múltiples mezclas de estilo. Se compone fundamentalmente de dos fibras argumentales. La principal, ambientada en un presente acentuado en la pandemia del Covid19 y el estallido social de octubre, que es liderada por Prat y su investigación sobre el extraño asesinato de un millonario Chileno en la ciudad de Nueva York. Investigación que lo conducirá a secuestros, conspiraciones y terrorismo doméstico. Y asimismo, se describirá la historia del militar realista Vicente Benavides, quien sirve de pseudo-protagonista al comentar su descenso en una bitácora atemporal con diversos puntos de vista y una descripción que, de hecho, es compleja de segmentar de su paralelismo histórico.
Su principal fuerte cae en las piernas de su narrativa histórica. La historia se introduce entre las neuronas del ex-intendente de Concepción. Recrea un Chile clásico con un detalle absorbente. Comenta sobre múltiples pequeños sucesos que, independiente de su realismo, atraen un carisma literario que describe varios de los pasajes más memorables en la obra. Su presentación ensayística se construye en paralelo a un tesoro perdido cual servirá de principal motor a los protagonistas contemporáneos. El ya mencionado Alberto Prat conducirá el hilo argumental moviéndose entre escenarios y acompañantes. Con una caótica narrativa no perderá el pulso de la tensión para estar en constante empujo sobre los eventos más explosivos de este ficticio mundo real. Su acercamiento a los suceso presentes en el último año —bordeando hasta apenas un par de meses de la publicación del libro— aterrizan el comentario a una conspirativa sociedad contemporánea que es capaz de radicalizarse ante la más mínima chispa de dinamita.
Con un ritmo veloz y agudo, se consume entre sus propias llamas a un paso divertido y accesible. De vez en cuando podrá abusar del uso de un lenguaje cercano a la red, en contraposición a la rudeza histórica que presenta entre capítulos y diálogos. No obstante, ofrece una sólida muestra de un Chile —y mundo— actual, sucio y corrosivo. “Código Nueva York” se aventura a desplazar movimientos ultra-conservadores y conspiraciones, mientras los usa a modo argumental para avanzar la historia en base a sus propios suceso.
Penguin Chile on Instagram: “Ya está de regreso el agente secreto Alberto Prat en la novela #CódigoNuevaYork de @cbassop, el cierre de la trilogía que componen…”Quizá su talón de aquiles fundamental recae en la misma construcción de los protagonistas. Fuera de la figura del militar realista en los capítulo decimonónicos, flaquea al levantar piezas carismáticas y agudas sobre las que depositar una lectura tan efervescente como en la descripción del universo en sí mismo. Es múltiples ocasiones demasiado superficial en el detalle de los personajes como para fabricar legítima química sobre sus personas. El protagonista difícilmente desarrolla un arco o personalidad específico que sea memorable o directo de interpretar en una primera pasada.
Usualmente su exposición de eventos podrá desembocar en situaciones anti-climáticas o con una falta de verdadera tensión al pasar encima de los eventos más dramáticos de la edificación. Mas no excluye que introduzca piezas de palpable suspenso. Desde secuencias de tortura, hasta el asesinato de personajes principales introducidos con previo desarrollo. “Código Nueva York” manifiesta un serio interés en describir presión a través de los hechos. Y con mucha carne escupida sobre la pared, no será sorpresa que capture el interés con absorción una vez adivine el camino correcto.
Los múltiples eventos y personajes podrán ser complejos de seguir al moverse demasiado entre secuencias y espacios tanto físicos como temporales. No obstante, es gracias a esta agitación que entre sus páginas no pierde la excitación por llegar a un desenlace que una todos los hilos desarrollados entre líneas. La principal potencia argumental de Basso recae en la meticulosa descripción histórica que permite sostener este mundo tanto ficticio como real.
Hacia el desenlace pareciera dejar el paladar con un sabor difícil de distinguir. Su caos en dominó va en una dirección sensata, pero que cuesta establecer como completamente satisfactoria cuando se piensa en varios de los temas sobre lo que se ha tocado con la punta del dedo, o el comentario histórico que ha detallado por buen segmento de la lectura. Su último capítulo especialmente deja varias interpretaciones que pueden ser fascinantes de discutir, pero que quizá no razonan temáticamente con lo que se ha narrado hasta ese momento.
La obra del autor chileno escribe una decente historia de crimen y suspenso entre las páginas de “Código Nueva York“. Con un detallista ojo sobre las piezas históricas que levantan sus pilares principales, se asocia a un Chile bruto y real en el desierto de la pandemia y la crisis política social del pasado año y medio. Sostiene una sólida visión sobre los sucesos recientes y los asocia con genuino interés sobre las piezas de la nación que se independizó hace más de doscientos años. Una delgada línea sobre la realidad y la ficción que, aunque desequilibrada, otorga una introspección sustancial y entretenida sobre la que saltar entre versos.