”Es nuestro séptimo trabajo, y lo vemos como si fuera el último libro de Harry Potter. No diciendo que no habrá nunca más uno, pero es el cierre de un capítulo”. Así, a días de editar A Head Full of Dreams, Chris Martin se refería al futuro de Coldplay. Si bien tenían un centenar de fechas pactadas alrededor del orbe, incluso añadiendo día a día nuevas plazas, el conjunto formado en Londres se notaba cansado, agobiado de lo que podría ser un círculo vicioso. Un sentir que una vez más se reflejó.
En una entrevista concedida por el guitarrista de 39 años a Absolute Radio, con motivo de promocionar un show en el teatro Palladium este viernes, afirmó que les acomoda la posición actual que tienen como banda; concentrándose en esporádicas presentaciones y dejando de lado la carga que significa seguir los cánones de una industria que muchas veces los afectó en su esencia.
“Estamos cómodos con ser lo que somos en este momento. Creo que descansamos cuando nos desprendimos de la idea de que teníamos que tratar de ganar todos los premios . Ahora no pienso en un nuevo disco del grupo. Hay una larga gira de por medio”, explica.
“Me sorprendería yo mismo si hubiera otro nuevo álbum de Coldplay convencional. Siento que estamos justo donde se supone que debemos estar . Quiero decir lo que dije un par de años atrás. Creo que este es un capítulo final de algo. No es cuestión de miedo”, agrega.
Todo indica a que Coldplay quiero tomar una nueva dirección en su próxima placa. No sólo sonora, si no que independiente, eludiendo lo que cualquier multinacional les puede dictar en términos de cifras. El revuelo publicitario que generó su última producción, se tradujo en un creciente rechazo de gran parte de la industria, que veía cómo el conjunto se entregaba en cuerpo y alma a lo comercial.
En lo estrictamente musical, el conjunto experimentó un declive en A Head Full of Dreams, facturando un sonido aburrido, monótono, con composiciones nada de creativas y que vuelven a confirmar que entre disco y disco, es necesario que las bandas se tomen un significativo descanso. A todas luces, un cambio de ruta necesario el que plantea Martin