Vuélate, quita los pies de la Tierra con toda la electrónica de Crystal Castles. Los canadienses se presentarán el 28 de mayo en La Cúpula del Parque O’Higgins, lugar perfecto para una banda como esta. El ambiente ideal para dejarse llevar y olvidarse de que fuera del recinto, hay vida en el planeta.
La banda se conformó el 2003, y desde entonces han trabajado en una “electrónica-sicodélica-punk” muy particular. Algunos, los más alejados al gusto de este tipo de música, pueden pensar cómo una banda donde canta prácticamente un sintetizador, puede decir algo en sus letras. Pero Crystal Castles es, quizás, la excepción. Aunque muchos no lo crean, los canadienses hacen la ya clásica crítica social, además de hablar desde la rabia e incluso, el desamor. En “Not in Love” (2010) por ejemplo, Robert Smith (The Cure) fue el encargado de darle voz a la canción. Las voces robóticas se dejaron de lado para que el tema sonara algo más romántico y completamente bailable (ese baile descoordinado, el que se levantan los brazos saltando y donde la pareja poco importa). Pero dos años antes, “Crimewave” era como escuchar a un niño jugando GameBoy. Un sonido arcade, tipo feria de juegos donde hay que cargar con fichas el Street FIghter. A fin de cuentas, Crystal Castles nos deja como enseñanza que, absolutamente todo, puede ser música. Al parecer, también fueron visionarios, pues esa crítica social de la que hablaban hace diez años es la que podemos ver actualmente en cientos de bandas de todo tipo.
Los canadienses no solo destacan por la grandeza de sus propias obras. Además, se caracterizan por hacer tremendos cambios de estados anímicos en una sola canción. Pasar de un completo trance donde solo se aprecian manchas de colores, la banda presiona el acelerador y los beats per minute se pierden en la atmósfera electrónica. Y quien lo escucha, se pierde con ellos.
El sonido de los canadienses es reconocible desde el día uno: a veces agresivo y a veces soñador, pero casi siempre angustiante. Hay sonidos histéricos y punzantes, que llegan a marear de tanto escucharlos, así como te pueden transformar en un verdadero frenético. Hay otros temas donde se crea una “atmósfera asfixiante”, como la llaman, o donde hay un tratamiento de sonidos donde teclas, computadores y voces reales se mezclan.
Ethan Kath y la flamante nueva cantante del proyecto, Edith Frances vienen a reventar la Cúpula del Parque O’Higgins con la locura máxima de la electrónica. Sonidos envolventes, sonidos que marean, sonidos que trasladan, sonidos que te vuelan. Los canadienses con 13 años de trayectoria vienen a dejar en claro a qué lugar del ambiente electrónico forman parte.
Por Carola Hidalgo.