Los puertorriqueños, que comenzaron su carrera en 1996, abrieron y cerraron su año musical en Chile. Visitaron el Festival de Viña en febrero, y el próximo 12 de diciembre serán la banda que encabezará el W Festival en el Estadio Bicentenario de La Florida. Los puertorriqueños vienen acompañados de un próximo lanzamiento de su último disco de estudio, trabajo que no realizaban desde el 2010 (desde “La Dulzura”).
Para los amantes del reggae, ver a Cultura Profética es la encarnación de Bob Marley pero en este lado del mundo. Con un sello bien latino, bien boricua, bien sabrosón. Un reggae que en ningún momento deja de lado el romanticismo, con una voz seductora y sensual por parte de su vocalista Willy Rodríguez, que encanta a cualquiera (más a mujeres que hombres, ¡sí puede ser!). En Marley claramente encontraron la inspiración, como muchas, por no decir todas, las bandas reggae. Si hasta le hicieron un tributo, donde la voz principal fue Boris Bilbraut, el baterista de la banda. E incluso grabaron su primera producción, “Canción de Alerta”, en los mismísimos estudios del ícono del reggae en Jamaica.
Pero si bien se basa en el amor y en la mujer como una musa, también Cultura Profética se vio en la necesidad de usar sus letras como medio para expresar sus ideas sociales, nunca dejando de lado el estilo roots. Consagraron su talento y éxito con el tremendo show que hicieron en el Festival de Viña, donde entraron como grupo revelación y salieron consolidados como uno de los exponentes del reggae más importantes de Latinoamérica. Pero también la banda ha tenido momentos amargos, donde sus fans han sido los jueces y críticos más duros. Fue el caso de la grabación con Jowell y Randy, los reguetoneros del mismo país, con el tema “Solo por ti”. Para la ocasión, Rodríguez salió en defensa suya y de la banda, aclarando a los medios que “nosotros siempre hemos criticado la música genérica. Nosotros no nos separamos por género. Para mí, Jowell & Randy no son de los falsos. Y no tenemos riña ni estamos en contra del reguetón y no nos contradecimos por cantar con ellos”. Quizás era entendible el enojo que, para ese entonces, tuvo la fanaticada de Cultura. Se mezclaron dos tipos de música diferentes, una muy amada (reggae) y otra que ha sido un poco más alejada por la falta de contenido y la poca experticia musical.
Críticos políticos
Hablamos de cómo Cultura Profética admira a la mujer, sobre todo en su disco La Dulzura, que tiene un sello mucho más romántico y dedicado al amor (“La complicidad” o “Para estar”, por mencionar algunas). Sin embargo, en sus últimos trabajos, los puertorriqueños vienen a ser más portavoces críticos de la sociedad y la política. Así, con uno de sus últimos temas, “Le da igual”, la banda le canta a esos poderosos que no se inmutan y no se sensibilizan por lo que vive gran parte de la gente, “porque no les molesta, no les incomoda y no les afecta directamente” (¿Se habrá inspirado en Chile?). Con este himno a la injusticia política, Willy confirmó que “va a satisfacer a los que extrañan la temática social en nuestra música”. Así que del amor, pasamos a lo duro, a lo que nos acontece actualmente casi a nivel mundial. A esa injusticia de las que tantas bandas, de tantos tipos musicales, se han basado para escribir sus líricas. Cultura Profética se suma al listado de grupos que son críticos del entorno. Retoman el rol que cumplieron cuando comenzaron: el ser portadores de un potente mensaje político influenciado por sus vivencias en Puerto Rico, la defensa de lo natural y la industria musical. Y es que ni Donald Trump se salvó de los Cultura: “Acá en Puerto Rico es un cerdo ya conocido, pero de cierta manera es sorprendente que algo que tu pensarías que es una parodia esté pasando realmente”, refiriéndose a lo racista que es el político frente a las comunidades latinas de su país.
Ideas revolucionarias y con sentido social es lo que Cultura Profética ha desarrollado a lo largo de sus casi 20 años de carrera, pero que hoy retoman con mucha más fuerza. El show que presentarán a finales de año en Chile viene con temas nuevos, sin dejar de lado los clásicos, para que todo su público chileno, tan bien evaluado por la banda, se sorprenda con lo desconocido y disfrute con lo de siempre.
Por Carola Hidalgo.