Podría pensarse que por su mente concurre un sinfín de energías creativas, sonidos lisérgicos hechos paisajes, que acarician suavemente el blues, y así es. Dan Auerbach (37) de actitud cabizbaja puede fácilmente encasillarse como uno de los más grandes compositores de la última década. No sólo estudiando su carrera junto a The Black Keys, no; es más, ese parece ser tan sólo una pequeña piscina dentro del océano de su creación, una que en el ámbito solista encuentra puntos cúlmines.
Eslabones que hablan de la soledad en código folk (‘Keep It Hid’), del mundo onírico de un extraño que escapa de su mente y termina por flotar en un río (‘The Arcs’), y los sofisticados toques de rap en el rock (‘Blakroc’). Ahora, el guitarrista re-diseñó su propio sonido, evocando jovialidad en un cántico dedicado a su natal Nashville en ‘Waiting on a Song’, su segunda entrega en completa soledad. Estará disponible el 2 de junio.
El formato físico del registro estará disponible a través del nuevo sello Easy Eye Sound, incluyendo paquetes especiales con cojines, playeras, litografías firmadas, y hasta un vinilo especial autografiado disponible en su sitio oficial, como parte de la preventa. Ideal para fanáticos acérrimos. Puedes escuchar ‘Shine on Me’, su primer adelanto, en este enlace.
La pieza, promete narrar todo lo que Auerbach ama de la música. Además, considera colaboraciones de algunos músicos clásicos como John Prine, el guitarrista Duane Eddy, y Mark Knopfler, quien ayudó en algunos arreglos de ‘Shine On Me’. La producción de las 10 canciones recayó en el legendario Rick Rubin.
Recordemos que semanas atrás, las redes de The Black Keys se actualizaron con nuevas gráficas y enlaces a su web oficial, llevando a la conclusión lógica de que su noveno álbum vera la luz en meses venideros. Trascendidos van en la misma dirección, agregando que estaría en tiendas en algún punto temprano del segundo semestre de 2017.
De esta forma, el experimental capítulo que les significó Turn Blue (última producción editada en 2014), llega a su fin. Él mutó del blues y rock de cuerdas más afiladas, a una atmósfera psicodélica con sutiles toques pop. «Sin más fondo común que los textos, con momentos más cósmicos y otros más western, estas canciones lo que sí suelen compartir es el deseo que producen de ser escuchadas cuando sopla la primera brisa de un anochecer bien tardío», puntualizó en su momento sobre la pieza, el portal Jenesaispop.
