Por Salvador J. Leiva
Cuando hablamos de ‘White Pony’, hablamos de uno de los mejores discos de la década de los 2000s. En un momento que el nü metal dominaba al mainstream con su atractiva música para los adolescentes de la época y en el que los videoclips de Limp Bizkit, Papa Roach y Korn rotaban constantemente en el entonces popular canal de televisión MTV, el tercer disco de Deftones, un quinteto de chicos provenientes de Sacramento, California hacía eco en la prensa en un verano del año 2000. Luego, aquel eco luego recaería en la gente.
En términos de sonido, podemos ver claramente a ‘White Pony’ como un álbum experimental. Un experimento en medio de tanto ruido, pero poco sonido. Y aunque este disco posea una gran cantidad de canciones pesadas y que podrían apelar a cualquier etiqueta relacionada al nü metal, existe una fuerza colectiva del quinteto por innovar en su propia música, y vaya que lo hicieron, porque este disco fue el que definió el sonido del célebre conjunto californiano.
En cada efecto de tornamesa y teclado de Frank Delgado hay genialidad, como si fuera un agente confinado a regular la dureza que conlleva la distorsión constante de Stephen Carpenter en su guitarra, la fuerza del consistente bajo de Chi Cheng y el siempre pulcro trabajo en batería de Abe Cunningham. Como en las atmósferas de la tensionada ‘Digital Bath’ o en la dura ‘Korea’. Y justamente también es eso lo que se celebra en este álbum. Delgado, luego de haber colaborado en los primeros dos discos de Deftones, era finalmente considerado un miembro permanente.
Y en términos de canción, podríamos decir tantas cosas, que ‘Digital Bath’ y ‘Change’ son unas de las mejores canciones de la década por sus excelentes letras y originalidad instrumental. Que ‘Teenager’ es una joya trip-hop en medio de tanto admirable caos. Que ‘Elite’ y ‘Korea’ son dos genialidades de alto octanaje metalero. Y así podríamos seguir escribiendo más y más párrafos para estas once canciones ampliamente elogiadas por crítica y público.
¿Y Que hay de ‘Back to School’? Una de las canciones que quizá abrió a Deftones a un lugar más comercial en el mundo de la música fue claramente un error, según afirma Chino Moreno en la revista alemana Visions:
“Es una canción calculada, que había sido hecha con solo un propósito en mente: ser un single. ‘Back to School’ fue lanzada porque yo era un idiota. Quería probarle algo (a la compañía disquera Maverick)”
Lo que realmente pasó es que la disquera, al ver la última canción de ‘White Pony’ tan larga, les pidieron a Deftones hacer una versión más corta y lanzarla como single.
Según Moreno, Maverick creía que:
“habíamos perdido nuestro sonido pesado, y que no habían mas canciones que podín funcionar como single. Primero que todo, quería meterme aquella idea por el culo, pero luego pensé: Voy a mostrarle a estos imbéciles lo fácil que es crear un single-hit, por lo que rapié una parte hip-hop en aquella canción, la acortamos, y media hora después el hit estaba listo para rotar.”
Volviendo a las canciones, en el ámbito lírico hay mucho que acotar. Al momento de escribir, Chino Moreno comenzó a crear hilos líricos completamente diferentes a los mostrados anteriormente en las dos primeras entregas:
“básicamente no canté sobre mí mismo en este disco. Inventé muchas historias e incluso alguno que otro diálogo. Me desligué de mi mismo y escribí acerca de otras cosas. Una vez que pude cantar sobre cualquier cosa que quería, pude hacer mucho más en términos generales. Hay muchas letras en este disco en que la gente me cuestionará, y yo simplemente no podré quitarme de en medio. No soy yo, solo estoy escribiendo una historia”.
Recreando escenarios como ser tomado rehén (‘Feiticeira’), electrocutar a alguien hasta la muerte mientas esta bañándose en una tina (‘Digital Bath’), la automutilación y el sexo violento (‘Knife Prty’), acerca de convertirse en algo de lo que uno ya es (‘Elite’) o el amor incondicional a pesar de una severa enfermedad (‘RX Queen’) fueron tópicos poco convencionales pero sumamente interesantes de abordar a una masa ansiosa por encontrar algo nuevo con que identificarse, para calmar todo tipo de ansiedad que venía de la mano con el comienzo de un nuevo milenio.
Todo buen álbum contiene alguno que otro invitado especial, y en White Pony no es la excepción, ya que tiene al mismísimo Maynard James Keenan cantando en ‘Passenger’, haciendo un dueto de lujo con Chino Moreno, del cual nunca pensaron realizar en un comienzo. Según el mismo Chino:
“Él venía al estudio para darnos otras perspectivas de cómo escribir canciones. Un día, empezamos a trabajar en una canción en particular, y él tomo el micrófono y comenzó a cantar junto con la música. De repente, nuestra banda empezó a sonar como Tool”.
Moreno no escatima en elogios para el siempre especial cantante, afirmando que:
“Él es muy profesional. Quiere dejar todo listo de una manera perfecta, lo cual es lo opuesto a mi trabajo de escritor. Y cuando fui a grabar mis voces sobre la canción, parecía que nuestras voces combinaban muy bien entre ellas. Quedó tan bien, que decidimos poner esta canción en el disco.”
Otra invitada al disco fue una chica llamada Rodleen, que trabajaba cerca del estudio, y que aportó los desgarradores y sorprendentemente agudos gritos en ‘Knife Prty’, como si realmente estuviera siendo violentada o gravemente herida.
Y así podríamos seguir hablando y hablando de curiosidades y características de tan representativo álbum para Deftones y aquella década. El pequeño caballo blanco, que puede representar la cocaína o metanfetamina en una jerga callejera (o también un vívido sueño sexual) está pronto a cumplir 20 años, y con confianza podemos decir que ha envejecido de muy buena manera, dándonos a entender que la música de aquellos tiempos no era tan mala y que no todo era Britney Spears y/o Backstreet Boys: en el año 2000, Deftones buscaba adueñarse de un sentimiento diferente con su música. Sentimiento que estará para siempre inmortalizado en uno de los mejores discos del comienzo del tercer milenio.