Hoy en día con las redes sociales, además del narcisismo excesivo, podemos evidenciar cómo las personas y agrupaciones políticas y/o religiosas tienen un doble discurso. En realidad, en Chile hace tiempo estamos viendo a sectores políticos enredados en sus ideologías, atrapados en sus burbujas, pero por sobre todo, desvelados al desnudo en internet. Típicamente las redes suelen reírse del sector que está más ligado a la derecha, pero seamos sinceros, tanto la derecha como la izquierda tiene discursos contraproducentes, tomemos en cuenta el caso de Venezuela para respaldar esto o mejor aún, tomemos el caso de Putin, sí, Vladimir Putin.
En esta Cancha poco se ha hablado de política y sabemos que estamos al debe, pero “nunca es tarde”, dicen. Vladimir Putin ha sido idolatrado por un sector de la izquierda que mira con miopía los acontecimientos que suceden en Rusia, ¿quizá por la lejanía? Difícil darle el afirmativo a esta pregunta.
Sobre Putin y cómo su gobierno llevó – y sigue llevando – a ciertas personas al activismo es de lo que trata El Libro Pussy Riot de Nadya Tolokonnikova (Roca Editorial). El 21 de febrero de 2012, Nadya, fundadora de Pussy Riot, fue arrestada por realizar una canción protesta contra Putin en una iglesia de Moscú, esto la convirtió en un símbolo de resistencia a nivel mundial. En el libro Pussy Riot se despliegan un conjunto de consejos para condimentar la revolución; el camino de la alegría subversiva a la acción directa proviene del relato directo de quién tiene las manos en la masa constantemente para ejercer actos políticos.
Las vivencias son la esencia del relato de Nadya, su experiencia es una excelente guía para hacerse de rebelión cuando el contexto es el más desesperanzador. Son 10 capítulos que se reparten en hechos, consejos y relatos de héroes insignes de la historia. Sin duda es un libro inspirador para quién ha querido hacer la revolución de vez en cuando, si no eres de esas o esos, bien te puede abrir la mente un poco o por lo menos tendrás una mirada de lo que sucede en el resto del mundo.
Llegan, incluso, a parecer capítulos motivacionales para continuar con la lucha, pero en realidad es más que eso. Son claves para hacer los cambios desde la autogestión individual y grupal, pero por sobre todo individual, y en base en la anarquía… porque claro, las cosas parten por uno.
Existe una gran diferencia en la acción subversiva de Pussy Riot y las acciones que se pueden tener en Chile: Pussy Riot se manifiesta independiente si son una, dos o tres las que participaran, son estrategas que piensan tanto en el corto como largo plazo, entienden que no hay tiempo que esperar para hacer que su país y el mundo cambien, no esperaran a una marcha para hacer algo significativo, la revolución es 24/7 y todo el año, no se detiene en periodo de vacaciones (así es chilenita, chilenito… no para cuando estás de vacaciones). Las Pussy Riot entenderán que tirarse al metro un súper lunes en la mañana es una acción de revolución, si tú lo querías así.
El lado positivo de lo anterior, es que el feminismo sí está cambiando la forma de hacer acción política, y este es otro pilar fundamental del libro de las que molestaron en territorio de hombres en plena Copa Mundial de la FIFA: la anarquía y la revolución se hacen si solo si el feminismo esta de ese lado.
Nadya Tolokonnikova está más del lado del arte conceptual, ha sido galardonada con el Lennon Ono para la Paz (una versión sincera del Premio Nobel de la Paz) y con el Premio Hanna Arendt de Pensamiento Político. Pero todo esto viene de las consecuencias de un enfoque espontáneo y explosivo de su acción política, que se refleja en el libro; desde besar policías hasta huelgas de hambres como forma de protesta. Se consagra hoy en día por ser una de las voces más críticas de Putin y, a la vez, una de las personas más “supervisadas” del gobierno ruso.
El Libro Pussy Riot te deja un cosquilleo en tu alma, te deja una inquietud del cómo hemos dejado que unos pocos dominen y perjudiquen a la mayoría. Esperanza y optimismo entre tanta corrupción y manipulación.