Por su sangre no sólo corren litros de sangre, también grandes cantidades de heroína y diversos estupefacientes. Aunque si se quiere ser poético podemos agregar sentimientos: ese hambre de revolución del punk en la sociedad británica de fines de los 70s, un rayado de pintura al conservadurismo que en su cara que mostraba las consecuencias de noches de juerga y parranda, encontraba un símbolo. Hoy la situación parece no cambiar mucho. John Lydon de 60 años critica fuertemente la política actual, una que asegura en sus letras anticipó que derivaría en lo que es ahora, y también lanza dardos contra los grupos actuales de punk tildándolos de una “gran mierda”.
De cualquier forma Lydon sigue en pie. Las agitadas noches en los suburbios londinenses se reflejan en su mirar y deterioro estético: un verdadero reflejo del espíritu que él mismo impulsó. Public Image Ltd. (PiL) es su actual proyecto, mismo que debutará en Chile el próximo 14 de agosto en las dependencias de Blondie. Aprontando su visita el músico conversó con La Tercera sobre su extensa trayectoria, industria musical, y cómo ve “esa cosa” llamada sociedad. A la par su página web oficial se actualiza ofreciendo una vistosa jersey para ciclistas por la módica suma de 70 euros. Se aceptan tarjetas de casas comerciales.
El ex Sex Pistols inicia la conversación refiriéndose a la críticas que sufrió por parte del entorno una vez que se hicieron conocidas, palabras que según él venían directamente del punk: “Todos los prejuicios que existían en torno a mí no venían de músicos de otros estilos, ¡sino que de la gente que decía profesar la misma filosofía que yo! Ellos empezaron a crear sus propias barreras y conceptos de lo que era ser punk, crearon reglas ridículas e hicieron que muchos que querían hacerse punks finalmente no pudieran. ¡Y las reglas son para los tontos! Me topé durante años con esta clase de personas que no lograban entenderme a mí, que era el rey del punk. Y por eso hoy los grupos punks son todos una gran mierda”.
Palabras ácidas de un músico que desde antes de ser músico fue ácido. Malcolm McLaren, mánager del grupo y consecuente creador (algunos dicen que por fines netamente de moda), lo vio con una polera que versaba “yo odio a Pink Floyd” derivando en su contratación inmediata. Pero tras todo el fenómeno Sex Pistols en las agitadas calles de Inglaterra y con la realeza haciendo oído sordo, Lydon decidió reinventar el punk: según él era un círculo vicioso con claros acercamiento a lo comercial. En esa búsqueda fundó PIL.
“Para mí, ser punk siempre fue estar en cambio permanente, transformarse sin imitar a nadie. Cuando los Pistols se acabaron y formé PiL, no me estaba distanciado de nada, al contrario, por primera vez me estaba acercando a la música que realmente me gustaba. Y esa experimentación es lo que me mantiene vivo, porque así se resume mi vida, como un caos ambulante. Así también es PiL”, explica al matutino la voz tras Anarchy in the Uk.
Un músico rupturista por donde se le mire. Si bien afirma haber escuchado a The Beatles y Pink Floyd, siempre se mostró alejado de sus influencias, algo que para la industria de ese entonces era impensado: “Los Beatles siempre estaban sonando, ni siquiera les tenía que poner atención, porque estaban siempre ahí. Pero no me gustaban, sólo me cautivaba uno que otro tema. Además, The Beatles jamás habría existido sin Lennon, pero él habría existido igual sin los Beatles”.
Una historia que merece ser repasada es la relación de Rolling Stones con Sex Pistols, una tan efímera como potente. Nancy Spungen, una de las groupies más conocidas en el colectivo rockero, moría apuñada el 12 de octubre de 1978. ¿Principal sospechoso? Sid Vicious, voz de los Pistols y que en dichos años transitaba por una infinidad de crisis emocionales. Ahí es cuando entra Mick Jagger, quien costeó los abogados para la defensa de Vicious resultando en su libertad.
Problemas de nunca acabar que influyeron en una de sus piezas más célebres: Never Mind the Bollocks. “Aunque lo disfrutamos, hubo mucha turbulencia. Lo peor fue que Sid contrajo hepatitis a causa del abuso de la heroína y eso interrumpió una y otra vez el trabajo. Yo resentí mucho que él fuera un adicto, porque sentí que estaba desperdiciando el tiempo de todos. Era mi amigo, lo extraño, pero debo decir la verdad: no fue un álbum fácil de hacer, fue mucho trabajo, era difícil mantenerse enfocado y había tensión entre todos”, cuenta el artista de origen británico.
¿Y por qué hasta el día de hoy se sigue hablando de Sex Pistols? Lydon afirma que se debe a que fueron pioneros de hablar con la verdad, y pronosticar cómo sería la sociedad en unos años más: “Porque fueron la única banda que habló con la verdad y todo lo que yo decía ahí se ha ido cumpliendo, en especial lo que tiene que ver con política. Fuimos pioneros, no había nadie antes, sólo un montón de personas mayores de Nueva York que leyeron demasiada mala poesía. Por otro lado, escribíamos de lo que nos pasaba, de nuestra vida, un mensaje que ninguna banda neoyorquina entregó jamás”.
Concluye criticando a bandas como Green Day, y el roce del grunge, y hip hop con el punk: “El rap habla todo el rato de lo mismo y al final sólo te demuestra que no tienen idea lo que están diciendo. Sus cantantes llevan una vida falsa, por tanto no pueden entregar un mensaje real. Y Green Day no es una banda, son apenas una muestra en vitrina sobre como ser punks de fin de semana”.
Una conversación de largo y tendido. A pesar de representar fielmente el espíritu punk, John Lydon, siempre se ha destacado por una interesante relación con los medios. No olvidemos el episodio de 1976 en el Today Show cuando Bill Grundy, en un notorio estado de ebriedad, coqueteó con una de las “chicas Pistols”, Siouxsie Sioux, ocasionando improperios del más grueso calibre de la banda. Una joya.